Opinión

¿Hay ayllus en la corrupción?

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En la política y en el periodismo hay cierta tendencia a atribuir conductas deshonrosas contemporáneas a manifestaciones culturales o costumbres ancestrales, especialmente de los incas. Estas personas o grupos, cuando se refieren al Tawantinsuyo o alguna otra cultura precolombina, lo hacen de manera despectiva, como si les causara repulsión. Algunos, incluso, manifiestan ese desprecio por lo autóctono con el carácter simbólico, por ejemplo, de la esvástica nazi o la cruz de Borgoña, que anteponen a la chakana o la mascaipacha.

Hay individuos y grupos radicales y totalitarios que encarnan este pensamiento y lo manifiestan en su vestimenta, colecciones de objetos y hasta en marchas nocturnas por las calles de Lima. Algunos, incluso, le hicieron mala fama al movimiento que intentó vacar al presidente Castillo ni bien asumió su mandato. El racismo ahí tuvo un efecto bumerán, pero esa es otra historia.

Este preámbulo responde a lo que declaró la periodista Cecilia Valenzuela para explicar por qué ciertos personajes —en alusión a Castillo— embarran a sus familias en la corrupción: “El ayllu es un concepto andino familiar grupal. En las zonas andinas del Perú, la gente entiende que es correcto que, si un miembro de la familia asciende, ayude o beneficie a todo su clan”. Una apreciación muy lamentable, pues fue hecha desde la óptica de la ley del embudo. ¿O sea que los tremendos corruptos de las grandes empresas constructoras también funcionan como ayllus?

En su libro “Los años de Fujimori”, en un capítulo sobre el Fredemo, el historiador José Ragas menciona que “junto al equipo de consultores, Vargas Llosa distribuyó puestos clave entre su familia y círculo íntimo. Su esposa Patricia Llosa estaba a cargo de la agenda del candidato, aunque tendría un rol más importante en los próximos meses. La vocería de prensa fue para su hijo Álvaro, de 24 años y sin experiencia previa en campañas. Como jefe de campaña, Frederick Cooper, arquitecto, primo y amigo personal. La publicidad quedaba en manos de su primo Luis Llosa y Roxana Valdivieso, su esposa, estaría a cargo de entonar el himno del partido en los mítines”. Ese “ayllu”, por cierto, perdió las elecciones.

A propósito de las palabras de Cecilia Valenzuela, el periodista Ángel Páez, especialista en investigación de casos de corrupción, publica un tuit: “Algunos ayllus de reciente recordación: Los Graña y Montero, Los ICCGSA, Los Obrainsa, Los Cosapi…”. ¿Son ayllus? ¿O clanes?. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.

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