Es importante y necesario tener lucidez respecto a los objetivos principales que tienen Perú Libre, como partido, y Castillo y su gabinete, como gobierno, para saber con precisión cuáles son las posibilidades y los límites de las políticas públicas que están dispuestos a aplicar.
Para empezar, no existen mayores diferencias entre el secretario general y el presidente. Ambos son marxistas leninistas maoístas mariateguistas comprobados, vinculados al terrorismo cobarde, criminal y genocida de Sendero Luminoso y el MRTA. Uno, en una organización política partidaria. Otro en una organización gremial magisterial. Pero unidos por sus articulaciones con las expresiones orgánicas de Abimael. Y con varios de sus miembros, camaradas y amigos relacionados con el narcoterrismo del VRAEM.
El objetivo fundamental que tienen Cerrón y Castillo es aplicar el mismo modelo comunista en el Perú. Lo dicen claramente sus propuestas políticas y programáticas. Ese es su fin y para ello están dispuestos a imponerle al país su estrategia ideológica como sea. Hacerse del poder que lo han logrado en forma increíble y sospechosa. Copar el poder para lo cual están ocupando el aparato público con sus cuadros impresentables y mediocres. Mantenerse en el poder como sea.
Al mismo tiempo conectados militantemente con las radicales y extremistas organizaciones políticas radicales y extremistas (algunas armadas) que forman parte del Grupo de Sao Paulo y ahora también de Puebla, que vienen gobernando (entre mal y muy mal) varios países de Latinoamérica, aplicando el denominado “socialismo del siglo XXI” que ha quebrado a Venezuela.
Para ello necesitan convocar a una Asamblea Constituyente que pueda aprobar su modelo de Nueva Constitución al precio que sea. Así lo han hecho en los diversos países donde lograron llegar al gobierno por la vía electoral. Quieren hacer una Carta Magna a su medida, como en Cuba y Venezuela.
No existe ningún país en el mundo gobernado exitosamente por los partidos comunistas. Todos son regímenes dictatoriales y totalitarios, criminales y genocidas, incapaces y corruptos. Han destruido la economía, empobrecido la sociedad y degenerado la política. En ninguno hay desarrollo económico ni progreso social ni modernización política y gubernamental.
Estos comunistas no están interesados en la gobernabilidad democrática. No les interesa. Por eso, no les importa que hayan generado más inseguridad e incertidumbre. Tampoco enfrentar la pandemia protegiendo la vida y la salud. Menos resolver la crisis económica y social agudizado por su presencia inmoral y mediocre. Solo les importa su propia agenda ideológica y política.
(*) Analista político
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