Opinión

Frank Sinatra y el frenético amor con Ava Gardner

Por: Omar Chehade Moya

Dejaré por un momento la pluma de político, escribiendo sobre otra de mis pasiones, la música. El más grande cantante de todos los tiempos fue Frank Sinatra: “La voz”, quien fue el ídolo romántico de cinco generaciones con sus hermosas melodías, su voz de barítono y elegancia. En 1946 conoció a la actriz más hermosa de Hollywood: Ava Gardner, a quien la crítica cinéfila denominaba: “el animal más bello del mundo”. Tenía 24 años y dos matrimonios. Sinatra separándose de Nancy y con 3 hijos. Frank y Ava se enamoraron hasta la locura, un amor frenético y sin límites. Sin embargo, algo les jugaba en contra: eran iguales, dos soles no podían brillar sobre el mismo firmamento. Dos estrellas que juntos alcanzaron la cima más alta de la felicidad, pero también de la desgracia. Fue una historia de amor e infidelidades, que tuvo su clímax el 11 de noviembre de 1951 cuando Ava y Frank se casaron para deleite del mundo en Filadelfia. Sinatra quería tener un hijo con la actriz, pero ella no quería tener ninguno. Si bien el matrimonio se mantuvo hasta 1957, los desmanes e infidelidades de ambos perduraron.

Son muy famosas las historias de amor de Sinatra con Lana Turner, Lauren Bacall y otras actrices. Ava quedó embarazada dos veces del cantante, pero decidió abortar llevando a la locura a Sinatra quien intentaría suicidarse. Cuando Frank ganó el Oscar como mejor actor de reparto en 1954 por el film “De aquí a la eternidad”, Ava lo felicitó con un frío telegrama. Pero el paroxismo llegó cuando la actriz viajó a España a filmar películas. Madrid fue testigo de dos amoríos con las que Ava tuvo que “lidiar”. Primero con el diestro Mario Cabré, pero sobre todo con el gran torero español, Luis Miguel Dominguín (padre del cantante Miguel Bosé). Amor afiebrado. El día que Ava conoció al torero, dijo: “terminaré con este hombre en la cama”. Después de la primera noche de amor, el torero se levantó raudo, y cuando Ava le preguntó: “¿A dónde vas?”, él respondió: “A contarlo todo”.

Lo curioso del caso es que Dominguín no sabía inglés ni Ava castellano, pero en la cama no necesitaron ningún diccionario. Al enterarse, Frank Sinatra voló de inmediato a Madrid a recuperar a su amada. Lo hizo en compañía de su hija Nancy, invitó a Gardner al mejor restaurante. Ava pidió permiso para ir al baño, pero jamás regresaría a la mesa. Allí Sinatra comprendería que la había perdido para siempre. En 1956, Sinatra devastado, le dedicó a Ava la canción: “I’M A FOOL TO WANT YOU” (Soy un tonto al quererte). “Soy un tonto al quererte, al querer un amor que no puede hacerse realidad, un amor que está allí para otros también. Soy un tonto al retenerte, al buscar un beso que no solo puede ser para mí, por compartir un beso que el diablo ha conocido. Una y otra vez he dicho que te dejaré ir, pero luego llega el momento que te necesito. Qué lástima por mí, te necesito.

Sé que está mal, debe estar mal, pero bien o mal no puedo seguir sin ti, acéptame otra vez, te amo”. Cuando Ava Gardner murió en enero de 1990 víctima de una neumonía, Sinatra no pudo asistir al funeral, pero envió un gran ramo de flores con una tarjeta que lo resume todo a la perfección: “Con mi eterno amor, Frank”.

(*) Exvicepresidente y ex congresista de la República.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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