Opinión

Fake Polls y Fake News

Por: Luis Alfonso Morey

Como bien señaló el periodista polaco, Ryszard Kapuściński, cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante. Hay medios que hace tiempo dejaron de lado su misión informativa para convertirse en agencias de publicidad de candidatos o en herramientas de destrucción de rivales poítícos. Esos medios -apoyados en encuestadoras de dudosa reputación- construyen unas candidaturas inflándolas y dándoles inmensa cobertura y destruyen otras de la forma más sencilla: invisibilizándolas.

No es la primera vez en la que medios y encuestadoras son empleadas con el único propósito de capturar el poder político. A menos de un mes de las elecciones las encuestadoras presentan resultados que difieren inmensamente. La falta de transparencia en la que operan y la utilización maliciosa de las encuestas que presentan afecta el proceso democrático porque construyen mentiras que se convierten en noticias.

En sus prácticas no existe la ética ni el rigor científico. Lo que buscan es aprovechar la coyuntura, posicionar a quienes les pagan y ganar dinero. No existe ningún tipo de auditoria seria que asegure que sus prácticas tienen estándares internacionales.

Recordemos que Montesinos reveló haber pagado mensualmente entre 20 y 30 mil dólares a las empresas encuestadoras Datum y CPI para inflar a ciertos candidatos y perjudicar a otros. En los últimos procesos electorales las encuestadoras favoritas del establishment no registraron ni a Daniel Urresti, que resultó convirtiéndose en el congresista más votado ni a los partidos Frepap y Unión por el Perú, los que lograron resultados que ninguna encuestadora detectó.

Poco ha cambiado desde la época de Montesinos. Las viejas prácticas se han sofisticado y los viejos tramposos siguen operando con absoluta impunidad. El Parlamento tiene la posibilidad de cambiar esta situación que daña la democracia demandando algo que se le pide hoy a todo el mundo: transparencia.

Los procesos electorales son determinantes en una democracia. Para que éstos funcionen adecuadamente es imprescindible que los electores puedan acceder a información veraz y confiable.

Así como las Fake News o noticias falsas han merecido un tratamiento legal para ser penalizadas y se evite que se difunda información que no es veraz, algo similar debe ocurrir con las Fake Polls o encuestas falsas o engañosas que son empleadas hoy para manipular y engañar a la ciudadanía sobre lo que realmente ocurre con la clase política.

El Parlamento podría mediante ley establecer que el Jurado Nacional de Elecciones -en su calidad de ente rector de las elecciones- cumpla un rol más efectivo auditando a las encuestadoras o restringiendo esta actividad tan delicada a instituciones solventes que aseguren calidad e independencia, evitando la proliferación de encuestadoras que se venden sus servicios a los mejores postores y que distorsionan y enturbian completamente la información sobre el proceso electoral.

Existen muchas formas en las que se puede garantizar la independencia y la calidad de las encuestas. Hoy el sistema peruano es tan pobre y tan malo que permite que se publiquen encuestas que no reúnen los mínimos estándares de calidad. Esperamos que esto cambie y pronto.

(*) Abogado y experto en política

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