Siempre escuchamos en los pasillos sociales y políticos a empresarios, políticos y a gente adicta a la derecha criolla comentar asustados: “no la vaquen a Dina Boluarte, mal con ella, peor sin ella”. La explicación es por el temor que se siente en que si cae la presidenta del Perú, pueda sustituirla un comunista, un antisistema o simplemente un tipo de la calaña y torpeza de Pedro Castillo.
En verdad, hemos llegado al punto tan mediocre de conformarnos con muy poco. En puridad, la señora Boluarte no conoce la cosa pública, no está bien enterada de lo que significa la administración del Estado, mucho menos los temas diplomáticos ni el derecho internacional. Además de ello, su gobierno es paupérrimo, con un gabinete ministerial escasísimo de ideas y con una frivolidad que ha llegado al punto de preferir la cirugía estética, el bótox facial y los relojes Rolex, en lugar de estar abocados a los grandes problemas del país, como lo son la inseguridad ciudadana, el crecimiento económico y la generación de empleo.
Hay entonces mucha mediocridad en gran parte de la derecha política del país y un sector importante del empresariado, que solo por darle la contra a grupos caviares o de extrema izquierda, quienes seguramente quieren hacer caer a la jefa de Estado, ahora se han convertido estúpidamente en Dina lovers. No se concibe cómo la derecha y el empresariado, que, ante cualquier metida de pata o frivolidad de la primera mandataria, tratan de pasar sus graves inconductas funcionales por agua tibia, al punto de minimizar o relativizar la gran desaprobación popular que ostenta. Y lo dicen abiertamente: “es un complot de los caviares” “es una campaña de los comunistas contra la presidenta”. ¿Quién lo habría pronosticado hace unos años? La derecha y el empresariado defendiendo incondicionalmente a Dina Boluarte. Sí, a aquella mujer que integró la plancha presidencial del corrupto y torpe Pedro Castillo, a quien defendió a rajatabla al igual que lo hiciera con Vladimir Cerrón.
¿Es la derecha bruta y achorada: DBA? No lo sé, pero estoy seguro de que es bien mediocre pregonar que: “es mejor mantener a Dina Boluarte en el poder, seguir en el statu quo, a que venga un desconocido”. ¿A dónde habremos llegado, que tratan de ganarnos al miedo? Particularmente, me resisto a creer que en el país no existen líderes ni cuadros políticos que puedan superar el esperpéntico gobierno de la señora Boluarte.
Me resisto a creer que seamos mediocres y que podamos defender tan poco, a costa del 5% de aprobación de este gobierno. Todavía falta año y medio de gobierno, y constitucionalmente las vacancias presidenciales se activan justamente para salvar los sistemas políticos constitucionales democráticos cuando están en grave crisis para regresar a la paz social y la coexistencia jurídica. Estamos advertidos.
(*) Exvicepresidente del Perú.
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