Opinión

El reloj empresarial (PARTE 4/4)

Por: José Castillo Carazas

Esta semana les presentaré la última parte del “reloj de la vida empresarial”, la etapa de “transferencia”.

Las empresas nacen bajo un principio que los contadores llaman “empresa en marcha”. Esto significa que las empresas son constituidas para que sean prósperas por un período de tiempo indeterminado. Durante este desarrollo, las empresas van alcanzando su madurez y estabilizando sus tasas de rendimiento para los accionistas, las cuales se representan en dividendos.

Sin perjuicio de ello, existe un plan natural de continuidad que, por ejemplo, para las empresas familiares o privadas, va desde el traspaso generacional hasta la profesionalización independiente de la gestión. No obstante, si no tienen clara la continuidad, siempre es una opción vender el negocio y recuperar financieramente todo el esfuerzo desplegado por años.

Como les comenté durante la etapa de maduración, el valor empresa y la reputación institucional constituían aspectos fundamentales para preparar la empresa hacia esta última etapa. Las empresas que no son “transferibles”, solo tienen un final, la liquidación.

Con respecto a la transferencia generacional, que es lo que normalmente ocurre en las empresas familiares, el fundador construye su negocio pensando en el futuro de su familia y cuando ha sido un empresario próspero es imposible, al visualizar el futuro de su empresa, que no piense en “el sucesor de su legado”. Tener un plan de sucesión y un proceso de traspaso siempre ha sido una estrategia que ha dado buenos resultados.

Para que esto ocurra, el empresario fundador debe elegir a su sucesor y compartir su decisión con su grupo familiar, es vital que la decisión siempre logre el consenso familiar.

El traspaso generacional exige al sucesor tener un plan de acción inmediato que cubra dos frentes:

La nueva visión empresarial, la misma que debe estar alineadas con las expectativas y metas de la empresa. Es lo que vendría a ser el nuevo “comienzo del reloj empresarial”; y

La implementación del protocolo familiar en la empresa, es decir el documento que recoge los principios sobre los que el desarrollo de la actividad empresarial contribuirá a cubrir las necesidades económicas de la familia en armonía.

Es importante precisar que un traspaso no implica necesariamente que el nuevo líder del negocio sea obligatoriamente un familiar. Existen casos en que la sucesión establece mecanismos de control para la continuidad empresarial como que el gerente general y el equipo gerencial sea totalmente ajenos a la familia y los herederos ocupan asientos en el directorio.

En un negocio familiar, afrontar un plan de continuidad o sucesión parte de una pregunta muy difícil de responder. En términos del negocio que es primero ¿la empresa o la familia?

(*) Gerente General de BLANCO SAF

(*) Miembro del Directorio de la UPAL, CPC

(*) Máster en Banca y Finanzas

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