Opinión

El plan Bukele en Ecuador (I)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Las imágenes de las acciones de la Policía y las Fuerzas Armadas de Ecuador en su lucha contra la ola de atentados desatada por el crimen organizado son elocuentes. Las fuerzas del orden atrapan en flagrancia y dan su merecido a los delincuentes terroristas, a quienes agarran a palazos y patean en el suelo. Ha emprendido una feroz cacería de hampones en los barrios donde estos se ocultan, tumban puertas a patadas, arrojan al piso boca abajo a sospechosos, mientras les apuntan con sus armas en la nuca. El gobierno de Daniel Noboa anuncia la construcción de dos cárceles de máxima seguridad para recluir a los más avezados. ¿Alguien puede dudar que estas medidas sean propias del llamado plan Bukele?

Los ecuatorianos aplauden las acciones que ha emprendido contra el terrorismo el gobierno ecuatoriano, que declaró el estado de excepción y el toque de queda, calificando la situación de “conflicto armado interno”, sinónimo de terrorismo. El presidente Noboa ha dado un decreto que permite que soldados y policías empleen armamento letal en sus enfrentamientos contra las bandas criminales, encabezadas por “Los Lobos” y “Los Choneros”. También ha anunciado la expulsión de delincuentes extranjeros. Si acá, en Perú, se tomaran esas medidas ante la ola criminal, al toque las ONG, los partidos políticos tibios y los caviares pondrían el grito en el cielo, diciendo que están “violando los derechos humanos”, que pobrecitos los delincuentes y otras tonterías.

En Ecuador, el gobierno ha recibido el respaldo de los grupos políticos, las Fuerzas Armadas, los gremios empresariales, los sindicatos y otras agrupaciones, además de la comunidad internacional. Sin embargo, como era de esperar, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió que “la actuación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna debe ser extraordinaria, justificada, excepcional, temporal, restringida, subordinada y complementaria a las fuerzas civiles, con regulación y control”. En otras palabras, pide que traten con guantes de seda a los delincuentes terroristas. Nunca cambian estos señores.

Ante situaciones como la que enfrenta Ecuador se necesita de mano dura y mucho rigor, sin que ello implique excesos, claro está. De ninguna manera se puede ser tibios y timoratos contra quienes crean el caos, delinquen y amenazan al Estado con acciones terroristas. Un ejemplo de éxito de una acción de este tipo es El Salvador, donde Nayib Bukele ha puesto contra las cuerdas al crimen organizado, empezando por los “Maras Salvatrucha”. Por eso, más del 90% de los salvadoreños lo respaldan. Porque que lo digo y escribo siempre lo firmo.

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