Peruanos que ven cómo vive la población en el Oriente Medio, con conflictos en Irán, la Franja de Gaza y ahora en Afganistán, entre balas y bombas, la angustia y el miedo, usan las redes sociales para expresar su satisfacción y su alegría por haber nacido en el Perú. Y tienen razón, este país tiene riquezas que son admiradas por muchos extranjeros que usan, por ejemplo, el YouTube para elogiar a Machu Picchu y otros atractivos culturales o naturales, también a nuestra comida, música y muchas otras cosas que constituyen nuestro patrimonio. Lo que nos ha faltado en estas últimas décadas es un buen gobierno. El actual régimen ha tenido tropiezos, pero hay que darle tiempo.
“A veces pienso que no tengo suerte, sin embargo, soy tan afortunada de haber nacido en Perú. No me imagino vivir con restricciones como en Medio Oriente. Todos deben disfrutar de la libertad y me apena mucho lo que está pasando en Afganistán, pero esto no es de ahora”, escribe una usuaria de Twitter. Y no le falta razón, además de tener un país con tantas bondades, con la selva tropical más grande del mundo, más de tres mil variedades de papa, maravillas arqueológicas que son patrimonio de la humanidad y muchas otras riquezas, Perú es un país donde sus ciudadanos son libres y se respetan sus derechos gracias a la democracia.
Lo que se necesita es avanzar hacia el desarrollo, una mejor economía que garantice el bienestar de la población con más trabajo y menos hambre y desnutrición. Además, sin corrupción, un lastre que arrastramos desde hace décadas y que le hace perder al país más de 23 mil millones de soles al año. Con ese dinero se podrían construir los hospitales y colegios que hacen falta.
Ya no se usa la palabra subdesarrollado, ha sido reemplazada por “país en vías de desarrollo”, pero da lo mismo. La corrupción es la principal causa del atraso, pues si bien nuestra economía se ha mantenido consistente en las últimas décadas, esa condición no ha repercutido en el nivel de vida de las grandes mayorías.
Hoy, el nuevo gobierno ya está tomando acciones respecto a la economía, pero enfrenta problemas a nivel político. La constitución del Gabinete Ministerial es objeto de muchos cuestionamientos y ayer renunció el sociólogo Héctor Béjar a la Cancillería. El premier Guido Bellido ha anunciado cambios y esperemos que quienes ingresen sean personas no solo preparadas y capaces, sino también sin manchas. Lo que en estos momentos necesita el país no solo es estabilidad económica, sino también política. Porque lo digo y escribo siempre lo firmo.
