Opinión

El indigenismo intolerante

Por: Luciano Revoredo

Hay dos formas de ver el Perú. Dos maneras de interpretarlo. Una traumática, de vencedores y vencidos, de dominantes y dominados, de confrontación. Y otra integradora, que lo ve como un país culturalmente mestizo, que tiende a su integración. La primera visión, la traumática nos puede remontar hasta Mariátegui. Mientras la segunda, la integradora que afirma el mestizaje tiene en Víctor Andrés Belaunde a su inspirador.

Cuando Mariátegui publicó sus “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana”, tuvo una respuesta orgánica en “La realidad nacional” de Belaunde. Esta es una vieja polémica que si bien tiene sus orígenes hace ya cien años, viene cobrando vigencia en los últimos tiempos. Son el inicio de estas dos grandes corrientes.

Belaunde ve al Perú como una síntesis viviente de razas y culturas, conformadas por hombres que comparten un pasado común y unas metas y objetivos proyectados al futuro del país. Ve al Perú como una continuidad histórica: las etapas que se demarcan en la historia peruana son necesarias para que se dé la actual realidad tal cual hoy se vive. El primer elemento que define al Perú como fundamento de su identidad es el haber sido cuna de una civilización única y original en el mundo: la civilización andina.

Efectivamente, en el territorio del Perú se desarrolló gradualmente desde hace miles de años una de las civilizaciones más originales que se dieron en la historia universal y una de las cuatro que surgieron en la América precolombina. Para Belaunde la peruanidad es “el conjunto de elementos o caracteres que hacen del Perú una nación, una patria y un Estado”.

Analiza los conceptos de Nación y Patria dados por diversos autores. Para él, la concepción de la Nación y la Patria tiene un sentido profundamente espiritual, pero al mismo tiempo se basa en la realidad. El mestizaje peruano que no se ha de entender como racial sino principalmente como cultural es la clave para entender nuestra historia y construir las bases del futuro.

El Perú no se puede comprender sin el mestizaje. Lo español y lo andino están a la base de lo peruano. Renunciar a lo andino o a lo español es simplemente suicida. Lamentablemente desde las izquierdas se viene hace tiempo realizando una labor corrosiva que tiende la desintegración nacional.

Tendencia que ha tomado fuerza con el actual gobierno, que desde la campaña electoral viene sembrando el odio racial y la división. Resaltar la supuesta condición indígena de Castillo es un absurdo, él, aunque quiera negarlo es un mestizo.

Por otro lado, pretender como ha dicho lleno de resentimiento el ministro de cultura, que se elija a los funcionarios de acuerdo a criterios étnicos o raciales es propio de tiranías pre -políticas e incivilizadas. Estamos ante un intento que no debemos permitir de destruir nuestra cultura mestiza. El Perú o es mestizo o no es. Ningún exabrupto indigenista es tolerable.

(*) Analista político

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button