La Coordinadora Republicana de consuno con otros colectivos y numerosas personalidades democráticas, han iniciado una campaña nacional e internacional intitulada: “¡No a la persecución! Los culpables son otros!”. Es una denuncia contra las protervas intenciones de la Fiscal de la Nación –vinculada al lagarto Vizcarra– por ocultar la verdad de lo ocurrido el sábado 14 de noviembre del año pasado, cuando fallecieron trágicamente dos personas en medio de la convulsión del país.
El Perú entero exige el conocimiento de lo realmente sucedido. No permitir el olvido de siempre. Por eso no estamos para burlas ni mentiras encubridoras; esas que pretenden hacernos tragar argumentos ridículos y cuentos fantasiosos. Once meses duró la indagación preliminar de la fiscalía, que arrancó rauda entre trompetas y timbales. (Recordad las soflamas encendidas del principal beneficiario de esos hechos: Francisco Sagasti, gracias a ellos, Presidente de la República). Pero finalmente el Ministerio Público, no ha identificado a los autores materiales, a los que dispararon a matar. Es decir, no individualizaron la responsabilidad penal, como corresponde. Menos explican los 22 policías heridos, algunos de gravedad, ni la quema de 13 patrulleros, dos motocicletas y otros enseres urbanos.
En vez de ello, se imputa homicidio doloso y lesiones al cuerpo policial, en el “contexto de violación de derechos humanos”. Además, inculpa a las autoridades constitucionales Manuel Merino, Ántero Flores y Gastón Rodríguez por impartir la orden criminal “omitiendo el deber de impedir los actos punibles”. Entiéndase bien, no es la responsabilidad política que se puede discutir. ¡No! Se afirma con villanía que los entonces Presidente, Primer Ministro y Ministro del Interior actuaron con la intención de asesinar a mansalva. Aunque supieran que no existió tiempo ni las condiciones para un efectivo dominio de los hechos. ¡Así de simple y grotesco!
Esta patraña fiscal sería una bufonada de no mediar víctimas y el legítimo dolor de sus familiares. Debe ser rechazada por una ciudadanía que no cejará hasta esclarecer los luctuosos sucesos. La campaña desplegada no solo se opone al ensañamiento contra los inocentes. Principalmente persigue la verdad hasta sus últimas consecuencias. ¡Y en eso estamos todos!.
Hace 21 años, durante la “Marcha de los 4 Suyos”, una explosión incendió el Banco de la Nación. Perecieron calcinados seis trabajadores. Los dirigentes fueron perseguidos. Luego se supo que infiltrados desataron acciones vandálicas para inculpar a los organizadores. Ciertamente quien maquinó la violencia se benefició de ella, en julio del 2000. Y probablemente lo fue en noviembre del 2021. Mirtha Vásquez, una connotada instigadora, se alzó con la Presidencia del Congreso, pese a su minúscula representación. Ahora es primera ministra. ¿Podría ilustrarnos?.
(*) Constitucionalista
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