
Muchos peruanos vemos la guerra en Ucrania como algo muy lejano a nuestra realidad y sobre todo con mucho escepticismo la posibilidad de algún impacto en nuestro país o la región. La realidad es que las diferencias entre países se deberían solucionar con la diplomacia y no llegar a esta situación de un conflicto armado que tiene que ser condenado por el mundo entero.
Es el fracaso de la diplomacia y también una involución como seres humanos, porque al parecer no aprendimos las lecciones que nos dejaron las guerras en el siglo XX y ahora vemos con estupor la escalada de violencia, con el bombardeo ruso sobre territorio soberano de Ucrania. Y es también consecuencia del juego geopolítico de la OTAN y la nostalgia rusa de Putin, que añora el pasado de la URSS, como bloque hegemónico en el este Europeo, que cae en la “trampa de Tucídides” -una vez más como ha sido la historia de la humanidad- por la supuesta amenaza que significaría la inclusión de Ucrania en la OTAN, que amenazaría la hegemonía de Rusia.
La realidad nos pinta las ambiciones y delirios de un régimen totalitario presidido por Putin, que añora inclusive el pasado zarista y tiene posiciones ultranacionalistas y es de extrema derecha, basta revisar la situación de los derechos civiles en Rusia que están conculcados, presos políticos, persecución a adversarios e inclusive intento de asesinato y ni que decir de los derechos de las minorías, incluida la comunidad LGTBI.
De solo pensar que en nuestros países haya camaradas de izquierda avalando esta guerra, justificando la irracionalidad, resulta sorprendente, porque justamente Putin representa todo lo contrario a las aspiraciones de una propuesta política de izquierda. Para que entiendan que varios gobiernos fascistas y antidemocráticos lo respaldan, como Bolsonaro, Ortega y Maduro, por este lado del mundo, sin contar a las dictaduras en Eritrea o Corea del Norte.
Entonces es anacrónico la intención de rememorar el pasado de la revolución bolchevique o el régimen del genocida Stalin y la ex URSS en un sector de la izquierda, porque parecería que no conocen la historia y que ya cayó el muro de Berlín y después de las profundas reformas que significo “la perestroika y el glásnost”, que desapareció la URSS y cambio el mapa geopolítico de Europa y la correlación de fuerzas.
En el Perú no podemos ser indolentes con la guerra desatada por Rusia y nuestra solidaridad con Ucrania, porque un día podríamos tener un problema similar y vamos a requerir el apoyo mundial en nuestra causa, además de la tradición diplomática, nos dice que siempre hemos abogado por la paz, la soberanía y la libre determinación de los pueblos, sin la intromisión extranjera de ningún tipo en los Estados.
Esperábamos un comunicado contundente por la paz y condenando la violencia de la guerra y las víctimas civiles que está ocasionando, pero tenemos un presidente pusilánime y lo más probable, desconozca la realidad internacional, por eso resalta más su fanfarronería de supuestamente enviar un avión militar para repatriar connacionales, que una posición firme por la paz.
(*) Ex congresista de la República
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