Opinión

El día del trabajo y el fútbol

Por: Enrique Vidal

El jueves pasado celebramos el Día del Trabajo y pensaba en la evolución de la situación laboral de los futbolistas.

En los años 70 y 80, cuando clasificamos a 3 de 4 mundiales, los jugadores peruanos estaban desprotegidos.

Los futbolistas en su mayoría no tenían beneficios sociales y sus contratos estaban más a favor de los clubes.

Figuras del fútbol peruano me comentan que los mecenas de los clubes velaban de corazón por su bienestar.

En general no contaban con seguro médico ni compensación por tiempo de servicios.

No existía la Asociación de Futbolistas Profesionales, lo que hoy es la SAFAP (Sindicato de Futbolistas Agremiados del Perú).

El cambio significativo en los contratos de los futbolistas profesionales peruanos se dio con la Ley 26566 dada durante el gobierno de Alberto Fujimori.

Hasta entonces se aplicaba abusivamente la llamada “prórroga” para que el club extienda por uno, dos o tres años un contrato.

El futbolista tenía que aceptar un 10 o 15 por ciento de aumento en su sueldo y nada más.

Después con la huelga de futbolistas en el 2003 se aceptó el estatuto del jugador peruano.

En Europa, una sentencia judicial cambió el rumbo del fútbol para que un jugador, una vez concluido su contrato, pueda irse a otro club libremente, sin pagar nada.

Esa llamada “Ley Bosman”, que lleva el apellido del jugador belga que ganó la demanda ante el tribunal de la Unión Europea iluminó el mundo.

Durante el segundo gobierno de Alan García se dieron normas importantes como la ley 29504, que permitió las sociedades anónimas abiertas y la protección del futbolista.

Otro hecho trascendental ocurrió en el 2012 con el decreto de urgencia que creó un régimen concursal especial.

Con esa norma se beneficiaron en la reestructuración económica clubes como Universitario de Deportes, Alianza Lima, Melgar de Arequipa y Sport Boys.

Los derechos laborales de los futbolistas evitan que malos dirigentes se queden con parte de su dinero o simplemente no les cancelen todo lo que corresponde.

Inclusive, hay algunos clubes que pagan los impuestos de la renta percibida por los jugadores a SUNAT.

De esta manera reciben los sueldos y posteriormente no tienen problemas tributarios.

Después de leer esta columna dejamos esta reflexión: antes jugaban mejor y ahora con la protección laboral no tenemos tantos éxitos internacionales

. Ser futbolista profesional es una bendición que deben aprovechar y junto a las altas remuneraciones, brindar lo mejor con ese amor a la camiseta que brillaba en otros tiempos. Muchas gracias por su gentil atención. Dios los bendiga siempre.

(*) Director general de Sintonía Te Ve.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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