Opinión

El copamiento de las instituciones

Por: Iván Pedro Guevara Vásquez

Estando ad portas de la votación en el pleno del Congreso acerca de la remoción de todos o de algunos miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), se comenta que la mayoría congresal ya habría decidido remover a tres de los magistrados de la JNJ (Vásquez, Tello, Tumialán), quienes precisamente tendrían a su cargo investigaciones contra la actual fiscal de la Nación (Liz Patricia Benavides Vargas), investigaciones que a su vez se habrían suspendido por la concesión de una medida cautelar por una demanda de amparo a favor de Benavides, sin mencionar el hecho que no pocos congresistas de la República tienen actualmente procesos e investigaciones penales en su contra.

Y algunos congresistas no tienen reparo alguno en decir que “los caviares” ya han perdido el Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo, por lo que, en su lógica de “lucha contra los caviares”, el siguiente objetivo sería, con toda seguridad, la JNJ, y como esta institución no solamente nombra a los jueces y fiscales titulares, sino también al jefe de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales), que planifica y desarrolla los PROCESOS ELECTORALES, sería un objetivo claro para hacer sentir su peso en unas próximas elecciones generales para elegir al presidente, vicepresidentes y congresistas de la República.

Ese afán de avanzar en propósitos de copamiento de las instituciones públicas no es propio de la democracia, pues ésta es, ante todo, una distribución y equilibrio de poderes, de modo tal que no debe haber un “primer poder” del Estado, sino un sistema de pesos y contrapesos de poder.

Esa lógica de copamiento, aparte de revelar una serie de inseguridades y una cosmovisión de la vida y del mundo muy limitada, es propia de los autoritarismos, es propia de las dictaduras de toda clase y color ideológico. Y resulta incompatible con la democracia, por lo que se debe de luchar contra esa lógica e intención de copamiento de las instituciones del Estado.

Y la mejor forma de hacerlo es utilizando todas las herramientas legales y constitucionales que nos brinda el sistema jurídico, sin descuidar en lo absoluto la formación y desarrollo de las organizaciones sociales, pues de éstas surgen, por excelencia, los auténticos partidos políticos; esto es, aquellas agrupaciones políticas que no son dominadas por caudillismo alguno ni por dinastías familiares. Estamos a tiempo para evitar el copamiento.

(*) Analista politico

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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