Opinión

Debemos prepararnos para lo peor

Por: Hugo Guerra Arteaga

Es hora de convocar a la unidad de los demócratas. La subversión se está preparando para lanzar una nueva ofensiva contra la patria y tenemos que estar preparados para repeler a sus huestes.

En síntesis, los marxistas y sus aliados caviares y progres anuncian un gran paro macro regional sur a fines de este mes y la “Tercera toma de Lima” entre el 19 y 23 de julio. Además se acentúan las tensiones separatistas del supremacismo aimara en Puno.

No se trata de que literalmente vayan a ocupar una capital de doce millones de personas, pero sí se pueden reeditar en una escala mayor los desmanes que sufrimos entre diciembre del 2022 y febrero de este año. El costo humano fue muy alto con alrededor de 80 muertos, centenares de heridos y una multimillonaria pérdida material en los ataques contra la infraestructura crítica de la nación como carreteras y aeropuertos.

Los convocantes a las nuevas jornadas violentistas siguen sin identificarse, pero no hay duda de que los cabecillas están vinculados al Fudep y al Movadef, de una parte; y de otro lado son claros los nexos de los separatistas con el Foro de Sao Paulo, el Runasur y el gobierno de Bolivia, país que ha desplazado a un destacamento de militares venezolanos a la frontera con el Perú.

La convocatoria se hace a través de diferentes medios, sobre todo las redes sociales, donde se insta a formar “brigadas” de ataque, contención y sanitarias; y se pide colaboración económica para financiar la asonada. Además, de manera preparatoria en los primeros días de junio se organizó un “paro seco” (de inmovilización vehicular) en Puno y en varios distritos del sur se hicieron actos de vejamen delincuencial contra la bandera peruana. En Desaguadero hasta hoy no se ha podido izar el pabellón nacional.

Subrepticiamente Bolivia, en un acto hostil designó a como cónsul en Puno a Lidia Patty Mullisaca sin recibir el exequátur previo y a sabiendas que se trata de una agitadora del Movimiento al Socialismo (MAS), con prontuario criminal y ligada al antiperuano Evo Morales Ayma.

Asimismo, en los últimos días dirigentes de izquierda, como Verónika Mendoza, han encabezado delegaciones en Europa para desprestigiar al Perú y pedir apoyo para la nueva ola subversiva. Y, como cereza sobre el pastel están los infames informes de la CIDH y Aministía Internacional.

Así las cosas es probable que muy pronto nos veamos frente a una crisis de seguridad focalizada en el sur andino con brotes peligrosos en Lima; aparte es factible que en cualquier momento se produzca la secesión de hecho de Puno.

Frente a esto el gobierno de Boluarte no puede incurrir nuevamente en la temeridad de quitarle apoyo legal y político a nuestras FF.AA. y la PNP. Esta vez los sediciosos y terroristas deben ser repelidos con el uso legítimo de las armas en la escala que corresponda y el mundo debe saber que las buscarán los subversivos. No cabe el diálogo porque ni siquiera hay una contraparte claramente identificada. Se trata de una guerra política con estrategia molecular disipada y ante ese reto el estado tiene que actuar con inteligencia, prevención (la captura de los cabecillas debe darse de inmediato) y energía.

Si Dina Boluarte se atreve a liderar un esfuerzo de tal magnitud, entonces las diferencias políticas de los demócratas pueden ser postergadas. La tarea impostergable hoy es mantener al Perú como república unitaria e impedir el desmembramiento del sagrado territorio nacional.

*Analista político

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