Cultura

“Cuando llora mi guitarra”: El amor, la pasión y el dolor se mezclan en una canción emblemática

Homenaje por el Día de la Canción Criolla a partir de uno de los más hermosos temas compuestos por Augusto Polo Campos

Cuando el intelectual francés Blaise Pascal, nacido en Clermond en 1623, escribió su inmortal frase “el corazón tiene razones que la razón no entiende” … o había vivido tanto, amado tanto o era un genio que se adelantó a su tiempo y nos habló del amor y lo definió como un sentimiento al que en incontables ocasiones se le ha intentado poner palabras, música y letra, descripciones, pinceladas y al que cada cual le otorga su propio rostro. Nostalgia, alegría o placer. Nostalgia cuando está ausente, alegría cuando está compensado y placer cuando no puedes ver más allá de tus narices.

Cuando el sentimiento es mutuo y la pasión endulza cada momento de la existencia, no hay atardecer ni eclipse que logre opacar tremenda luz. Las frases: “Te quiero no por quién eres, sino por quien soy cuando estoy contigo” de Gabriel García Márquez, “Qué difícil intentar salir ilesos de esta magia en la que nos hallamos presos” de Joaquín Sabina, “Hay partes de mí que solo existen cuando estoy contigo” de Ron Israel y “En el amor hay siempre algo de locura, pero también hay en la locura algo de razón” de Friedrich Nietzsche, nos roban suspiros a cada instante.

El problema empieza cuando esta luz se torna en tinieblas y el amor pasa de la alegría a la nostalgia. Cuando el ser amado ya no está, o parte a otra dimensión y nos deja con la sensación de haberlo perdido todo. Es que, así como decía Paulo Coelho: “Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su importancia y solo existe aquel momento”. ¿Y si no está el amor?

Allí la nostalgia se mete por la ventana, toda irrespetuosa ella. Es parte de nuestra esencia poética. Homero la describe en la Odisea en las reflexiones de Ulises que, una vez consumada la guerra de Troya, durante su travesía de vuelta a casa, para mantener el aplomo en sus contiendas con cíclopes, se fortalece con la añoranza del retorno a Ítaca y del encuentro con su familia. Sin la nostalgia, dice el novelista Milan Kundera, la Odisea carecería de sentido, y añade: “Subrayémoslo: Ulises, el mayor aventurero de todos los tiempos, es también el mayor nostálgico”.

AUGUSTO POLO CAMPOS

“Cuando Llora mi Guitarra” trasmite el dolor de estar sin la persona que amas, la espera de su retorno y la guitarra como fiel compañera. “Llora, guitarra, porque eres mi voz de dolor / grita su nombre de nuevo si no te escuchó / y dile que aún la quiero, que aún espero que vuelva / que si no viene, mi amor no tiene consuelo / que solitario, sin su cariño, me muero”. Así dice un fragmento con conmovedora letra.

“Cuando Llora mi Guitarra” es tal vez la poesía para el amor ausente y el himno a la nostalgia que creó don Augusto Polo Campos en 1960 para el trío “Los Morochucos”, que ya contaba con la peculiar voz de Alejandro Cortez. No era para el amor de pareja ausente. Fue para su madre, que le tocaba la guitarra cuando aún el usaba una cuna para dormir de pequeño. La creó tras un duelo musical entre Los Morochucos y Los Panchos de México. La grabó el famoso trío peruano que empezó a sonar repetidamente en los antiguos discos verdes.

La década de 1960 estuvo marcada por su asociación con el trío Los Morochucos, quienes graban para el sello Odeón del Perú su emblemático vals en 1962. Tiempo después, el compositor Augusto Polo Campos involucra a don Óscar Avilés con esta afamada canción y testimonia que, en una noche de 1960, tras escuchar su melodiosa voz: “Regresé caminando a mi casa y la compuse. Los Morochucos la estrenaron y Avilés acompaño su propio valse sin saberlo. Desde allí la adoptó y le impregnó su peculiar estilo: “Parece que hiciera llorar la guitarra”, dijo en aquella oportunidad.

“Cuando llora mi guitarra” trasmite el dolor de estar sin la persona que amas, la espera de su retorno y la guitarra como fiel compañera. “Llora, guitarra, porque eres mi voz de dolor / grita su nombre de nuevo si no te escuchó / y dile que aún la quiero, que aún espero que vuelva / que si no viene, mi amor no tiene consuelo / que solitario, sin su cariño, me muero”. A pesar de su naturaleza afligida, esta canción es un clásico atemporal. “Guitarra, tú que interpretas en tu gritar mi quebranto / tú que recibes en tu madero mi llanto / llora conmigo si no la vieras volver”. La belleza de la música puede hacer llorar, pero también reconforta.

Augusto Polo Campos es un ícono de nuestra música criolla. Se calcula que cuenta con más de 170 temas, entre valses, marineras, tonderos, boleros, festejos y baladas. El 29 de octubre del 2018, el Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación en el rubro de obra de gran maestro, al legado musical del desaparecido autor y compositor APC (1932-2018), según Resolución viceministerial Nro. 199-2018- VMPCIC-MC publicada en el diario oficial EL PERUANO. ¡Feliz día a los verdaderos criollos del Perú! (Rufino Cárdenas R.)

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