El Parque Ramón Castilla, un emblemático punto del distrito de Lince, se encuentra a merced de los drogadictos, que a toda hora consumen estupefacientes sin que, según los vecinos, el alcalde Vicente Amable lo impida, motivando que muchos padres de familia empiecen a desistir de llevar a sus hijos pasear a dicha zona.
Según refirieron, antes había tranquilidad, pero desde hace algunas semanas han comenzado a proliferar con mayor asiduidad sujetos de mal vivir que se apoderan de las bancas y empiezan a inhalar sustancias tóxicas.
“Este parque siempre ha sido tranquilo y ahora ya uno no puede ni sentarse porque de un momento a otro llegan tipos que, sin miramiento alguno, se ponen a fumar contaminando al aire y tenemos que ir a buscar otro lugar donde poder sentar a nuestros padres que, por ser adultos mayores, a veces desean tomar sol, pero este denigrante espectáculo nos obliga a retirarnos”, sostuvo Raúl Motta, de la cuadra 5 de Canevaro.
Estas quejas se suman a las protestas de los vecinos por la proliferación de delincuentes y meretrices clandestinas en las calles de Lince.
