Acaba de ponerse en uso el paso a desnivel sobre el Óvalo Monitor Huáscar en la Avenida Javier Prado Este, donde se encuentra la línea divisoria entre los distritos capitalinos de La Molina y Santiago de Surco.
Por supuesto y sin regateos, muy bien por ello, pero como siempre hay pendientes, han olvidado o no han querido retirar las pancartas y afiches colgantes que puso la Municipalidad Metropolitana de Lima, anunciando el inicio de la obra.
No fue cualquier anuncio, fue repetitivamente innecesario, no solamente por su contenido sino también por su número. En cuanto al contenido, se ufanaba la autoridad municipal que la obra era sin corrupción, como si ello no debiera ser lo lógico y normal, aunque penosamente debo reconocer que la corrupción lejos de reducirse va en aumento y, con solo ver las noticias cotidianas se corrobora.
Respecto al número de afiches colgantes, por calificarlo con benevolencia, es abusivo, abrumador. En algún momento conté en la zona circundante no menos de cien avisos hasta que me cansé de contar, pudiendo sí advertir, que en algunos postes colgaban dos afiches, uno mirando hacia la derecha y el otro a la izquierda, para graficarlo, que se viera su contenido tanto de ida como de vuelta.
Lo más grave es que se han agregado nuevos afiches y pancartas anunciando la entrega y puesta en marcha de la obra, como si los transeúntes y ocupantes de los vehículos de la zona fuesen tan tontos que no se dan cuenta de ello. Con estos nuevos carteles, tenemos en simultáneo los que informaban sobre el inicio de la obra y ahora de su conclusión.
Es conveniente resaltar el doble rasero de la autoridad municipal, pues impide la colocación de similares letreros y pancartas para promocionar candidaturas en elecciones generales, regionales y municipales y, cuando se infringe la prohibición se sanciona con multa a los anunciantes.
La autoridad municipal tampoco autoriza la colocación de tal tipo de propaganda para productos y servicios privados, bajo la motivación de que se genera contaminación visual y, por otro lado, se pone en peligro a los colocadores de la propaganda en los postes eléctricos y telefónicos.
Los municipios tienen a su cargo, entre otros aspectos, el ornato de sus localidades y, con justa actitud no permite la colocación de los letreros y pancartas a que nos referimos, aunque lo que es infracción sancionable tratándose de transgresores privados, es de uso común y corriente cuando se trata de anuncios oficiales de las autoridades ediles. Esto es doble rasero o comportamiento dual, lo que es inaceptable. Lo que es malo hacer por los privados no puede ser bueno cuando se hace por los concejos municipales.
Ahora que se inicia la campaña electoral por los próximos comicios municipales, los vecinos deberemos tener muy presente, a los candidatos que no generen contaminación visual con su publicidad y que, además, prometan no repetir lo que criticamos de la innecesaria propaganda del paso a desnivel al que nos referimos.
(*) Ex congresista de la República
(*) Ex presidente del Consejo de Ministros
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