Opinión

Consecuencias económicas de la irresponsabilidad de Castillo

Por: Richard Arce Cáceres

Esta semana ha pasado desapercibido para el país, las modificaciones que se han hecho en el Marco Macroeconómico Multinual MMM por parte del Ministerio de Economía y Finanzas MEF, para actualizar sus datos del marco macroeconómico, referente al crecimiento o no de PBI nacional y la situación del déficit fiscal, como principales indicadores.

La proyección del crecimiento de la inversión privada para este año 2022 pasa del 5.5%, de la expectativa que había presentado en agosto Pedro Francke a prácticamente 0% con la actualización presentada, siguiendo las proyecciones del Banco Central de Reserva BCR. Esto es importante porque ya la agencia Blomberg había mencionado que para el 2023 la proyección preliminar se encontraba a un punto porcentual, por debajo de lo establecido en el último MMM de Francke. En realidad, el MEF proyectaba para este 2022 un crecimiento de 3.6%.

Con las reglas fiscales vigentes en el 2023 tendríamos un decrecimiento de 3.9% del crecimiento real del PBI, por tanto, ha sido de imperiosa la necesidad para el MEF para actualizar las reglas macrofiscales, respecto a un déficit fiscal y el crecimiento del PBI.

Según la agencia JP Morgan sus proyecciones para el Perú, son a la baja para este año 2022, considera que el crecimiento del PBI será de 2.5% y en el 2023 solo será de 2.6% y ya no las proyecciones que presento Francke de 3.6% para este año y 3.5% para el próximo año respectivamente.

En realidad, con el gobierno de Castillo no se puede esperar nada, con tanta incertidumbre y encima con los conflictos sociales que están poniendo en jaque a las inversiones, sumado a su discurso de odio, que confronta a la población, satanizando a los inversionistas e inclusive con un discurso orwelliano, que pretende sorprender a los inversionistas, ofreciéndoles solo en la palestra seguridad jurídica y paz social para las inversiones, cuando en realidad su gobierno es el primero en detonar las crisis en el país.

El presidente pretendió arrogarse los resultados macroeconómicos de las gestiones de sus predecesores, porque evidentemente se miden por año y trató de sorprender a la opinión pública, con el cuento de que la estabilidad de los indicadores macroeconómicos, que nos ponían a la vanguardia en Latinoamérica se debía a su gestión.

Después del desastre que se está viviendo en estos nueve meses de gobierno, las consecuencias de su necedad y negligencia nos pasará factura en los próximos meses, al extremo que ya se están visibilizándose, al perder grado de inversión como país y además las proyecciones que describimos al principio, coinciden con los del BCR y las principales agencias de calificación mundial.

Y ahora, el propio ministro del MEF, Graham, pretende sincerar la información, por eso presenta al congreso esta actualización del MMM, con las nuevas reglas macrofiscales, que respecto al déficit fiscal apunta a tener una deuda del 30% del PBI para el año 2032 y por los efectos de la pandemia y la crisis que estamos atravesando -tendremos menor recaudación fiscal- con los conflictos sociales, podríamos llegar a un nivel máximo del 38% de endeudamiento para este año 2023.

Asimismo, Graham plantea que el déficit fiscal para el 2023 no debe ser mayor al 2.4% del PBI y de ahí ir reduciendo gradualmente al 2% para el 2024 y 1.5% para el 2025 e inclusive para el 2026 tener un déficit fiscal no mayor al 1% del PBI. Soñar no cuesta nada, a este ritmo del gobierno de Castillo, el futuro es incierto y la economía va a golpear en los sectores más humildes del país.

(*) Excongresista

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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