Opinión

Cinco retos de la educación básica peruana

Por: David Auris Villegas

Como columnista apasionado en temas educativos, resultaría ingenuo exigir una educación de calidad para todos en un país inequitativo. Inger Enkvist señala que esto no se produce ni en los países desarrollados. Teniendo en cuenta que la educación básica es el fundamento sobre el cual se construye una sociedad, me atrevo a proponer cinco retos pedagógicos.

Estos desafíos pueden materializarse mediante un esfuerzo financiero y un compromiso político sin precedentes, como parte de una política de Estado, asegura Jaime Saavedra. Aunque es verdad que la educación básica está liderada por el Ministerio de Educación y el Poder Ejecutivo, los responsables directos son los 26 gobiernos regionales elegidos por el pueblo, que tienen la obligación de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de la educación.

Todas las personas en edad escolar deben estar en la escuela a fin de acortar las brechas socioeconómicas. Para que nadie se quede fuera de la escuela, es esencial implementar políticas multisectoriales de monitoreo y seguimiento de los niños y adolescentes en edad escolar. Es una obligación moral del Estado, otorgar becas íntegras a los niños huérfanos, con limitaciones y en estado vulnerable, hasta la culminación de su formación básica.

Asimismo, es crucial que los estudiantes aprendan para una vida productiva. Poseer conocimientos, ciencia robótica, cultura, estrategias investigativas, emprendimiento, habilidades solidarias y, sobre todo, aprender a pensar, recomienda el nuevo currículo del Proyecto Zero de la Universidad de Harvard.

De igual modo, una infraestructura educativa cómoda, con servicios básicos, invita a vivir una experiencia de aprendizaje fructífera, planteaba María de Montessori. Masificar la construcción de instituciones educativas, con todos sus servicios y hacerlo más atractivo, con el propósito de atraer a los estudiantes, es responsabilidad del Gobierno, el Ministerio de Educación y los gobiernos regionales.

Igualmente, internet acorta las brechas de aprendizaje. La inclusión digital en todas las escuelas es trascendental para el desarrollo del país. Axel Van Trotsenburg, del Banco Mundial, dice que la era digital ha llegado para todos y esta no es opcional, sino es una necesidad para mejorar la calidad de vida de las personas.

Agregando a las ideas anteriores, necesitamos docentes innovadores. Inger Enkvist dice que a este pilar clave de la educación, la sociedad le exige una alta capacidad didáctica y solvencia académica productiva de la materia que imparte. Son ellos quienes deben liderar a la sociedad y marcar la diferencia en la vida de los estudiantes, concluye Kai-Fu Lee.

Finalmente, es tiempo de asumir nuestra responsabilidad ciudadana, la de convertir estos desafíos en oportunidades de desarrollo. Trabajemos juntos para que nadie se quede fuera de la escuela.

(*) Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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