“¿No terminaste el colegio y no quieres estudiar en un avanzado? ¡No te preocupes! Te sacamos tu certificado Inicial – Primaria – Secundaria. Podrás verificarlo en el sistema. Consulta ya y termina tus estudios al instante. También modificamos notas. Costo: S/250”. Se trata de un aviso publicado en Facebook. Increíble, pero cierto. Y hay más: “No más vidrios en tus diplomas, colegiaturas, licenciaturas y más. Costo: S/30 por diploma… ¡Aprovecha ya!”. Ahora ya no solo en Azángaro se puede obtener un documento “bamba”, que —en este caso— en realidad no sería falso, pues hasta lo registrarían “legalmente”.
En las redes sociales, como lo comprobó nuestro equipo de investigación, hay bastante publicidad sobre estos “servicios” ilegales que van en desmedro de la calidad educativa y el nivel que deben tener nuestros estudiantes, ya sea en el colegio, el instituto o la universidad.
El programa dominical “Punto final” emitió un informe titulado “Certificado de estudios a la orden” y el periodista que realizó la investigación fue tildado de “soplón” y amenazado —por cumplir con su trabajo— a través de mensajes enviados a su celular. “En estos tiempos, un certificado de estudios secundarios se puede obtener, vía WhatsApp, sin haber pisado un aula escolar”, señala el periodista de dicho espacio dominical. “La tecnología desplazó a los certificados físicos y dio lugar a un negocio ilegal que se ofrece a través de las redes sociales”, agrega.
Así es, se trata de mafias que no solo recurren a la falsificación, sino que también contarían con tentáculos en organismos públicos para lograr “legalizar” los documentos “bamba”. Ojo, como dicen los funcionarios entrevistados por “Punto final”, esto no es de ahora, sino que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo, por lo que se está investigando. Recordemos el caso de la excongresista Yesenia Ponce y sus profesores “fantasmas” del colegio. O el diploma que una fiscal obtuvo en un instituto investigado por vender esos documentos a S/230.
Pero ya es hora de acabar con este negocio ilegal, que es injusto y peligroso para la sociedad. Ahora bien, si un policía quiere investigar algún caso relacionado con este grave problema, para encontrar las pistas que lo conduzcan al corazón de estas mafias basta con darles un vistazo a las redes y, luego de establecer el contacto, hacerse pasar como un potencial cliente, como lo hacen los periodistas que, con cierta frecuencia, realizan destapes sobre la materia. ¿Lo harán? O, como siempre, pasarán los días, los meses y los años, y todo quedará en el olvido, esperemos que así no sea. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
