Alguna vez, ya hace unos años, un conocido periodista sacó cara por los caviares, de quienes dijo que “siempre serán mejores que los coyotes que los enfrentan”. Llegó a afirmar que “no es un pecado tener una vida decente y desear que los demás también la puedan tener”. A estas alturas del partido, cuando los caviares han demostrado que solo son una rémora que parasita en el Estado, no creemos que el colega siga pensando lo mismo. Porque ser caviar no tiene nada de decente, sino que es, por el contrario, deshonesto e indigno.
Políticos de izquierda como Alfonso Barrantes, quien hasta antes de morir se desplazaba en un viejo Volkswagen escarabajo y que, sin manchas en su trayectoria política, fue conocido por su honestidad y austeridad, no pueden ser comparados, de ningún modo, por ejemplo, con la exalcaldesa Susana Villarán, quien hace ya algunos años admitió que siempre supo de los aportes de Odebrecht a la campaña del “no” a su revocatoria y hasta pidió perdón a la ciudadanía.
Susana Villarán, quien en los tiempos postreros de su carrera política fue motejada como la Tía Regia por preocuparse más en su aspecto personal y en acomodarse la chalina verde que en los ciudadanos que la eligieron alcaldesa de Lima, es quizá la patrona de los caviares desde inicios de siglo, cuando dejó la docencia para incursionar en el mundo de las ONG al ingresar a IDL, donde formó parte del Comité Directivo y dirigió un programa en Ideele Radio. Posteriormente, antes de ser elegida alcaldesa, fue ministra de la Mujer.
El mencionado periodista que defendía a los caviares decía que a esta especie pertenecieron García Márquez, Neruda, Picasso, Cortázar, Sartre, Camus, Tchaikovsky y otros. Sin embargo, estaba completamente equivocado. Es hasta ofensivo sindicar de caviares a estos ilustres personajes del arte y la cultura, pues ninguno de ellos se llenó los bolsillos o hizo fortuna succionando las ubres del Estado, colocándose en cargos públicos vía tarjetazo o padrinazgo, fundando ONG para captar dineros no fiscalizados o realizando consultorías o asesorías inventadas para justificar ingresos procedentes de las arcas fiscales.
Según Wikipedia, izquierda caviar —palabra cuya acepción política aún no es aceptada por la RAE— es una expresión política de uso coloquial utilizada para referirse a quienes proclaman tener convicciones de izquierda, pero llevan una vida acomodada y llena de lujos. Por lo tanto, sería inexacto calificar de caviar a Barrantes o alguno de los demás personajes mencionados. El caviar es oportunista, aprovechado y ambicioso. Mañana continuamos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
