Opinión

Boliviamar: Corregir entuertos

Por: Antero Flores-Araoz

Gracias a la entrevista que concediera el presidente Pedro Castillo a CNN en Español, se abre una ventana de oportunidad para resolver temas pendientes con Bolivia y hacerlo con el debido cuidado, pues cuando no lo hemos hecho nos costó hasta la Guerra del Pacífico, con el nefasto resultado de pérdida de vastos territorios, del que se recuperó Tacna, gracias a la diplomacia.

Escribimos estas líneas sin ánimo de participar en “apanado” mediático contra Pedro Castillo, por sus enredadas respuestas al entrevistador y por su confusión de lo que es acceso al mar para Bolivia, que podría ser de simples facilidades portuarias y complementarias de lo que es acceso soberano al dominio marítimo peruano. Algo así como no tener idea de las diferencias entre dar un predio en propiedad o en arrendamiento.

El Perú ha dado infinitas muestras de solidaridad con Bolivia, ante su situación de mediterraneidad al haber perdido en la guerra mencionada sus departamentos costeros y, en 1992 bajo la presidencia de Alberto Fujimori y de Jaime Paz Zamora respectivamente, se celebró tratado internacional permitiéndose a Bolivia utilizar para su comercio exterior el Puerto de Ilo, y para que pudiese tener en tal localidad almacenes y otras instalaciones e incluso tener diversas actividades. A tal tratado se le conoce como “BOLIVIAMAR”, denominación errática por cierto.

En el 2010, bajo la presidencia de Alan García, se suscribió entre Perú y Bolivia, representados por el mismo Alan García y Evo Morales, la “Declaración de Ilo” y el “Protocolo Complementario y Ampliatorio de los Acuerdos de Ilo”, al que popularmente se le llama “BOLIVIAMAR II”, que si bien facilitaba el ejercicio por Bolivia de las concesiones que se le había otorgado inicialmente, se fue excesivamente generoso con ella puesto que se permitió hasta la navegación de barcos de guerra de dicho país en nuestro mar y, la instalación de una Escuela Naval Militar en Ilo.

Felizmente los excesos de lo convenido en el 2010, fueron corregidos con nuevo tratado (al que denominaremos BOLIVIAMAR III) suscrito a través de intercambio de notas, durante el gobierno de Ollanta Humala en el año 2012, bajo el pretexto de “precisar los alcances de algunas disposiciones del referido Protocolo”.

Los Gobiernos de García y de Humala remitieron al Congreso los nuevos tratados para su aprobación, habiendo la Comisión de Relaciones Exteriores dictaminado favorablemente el proyecto de resolución legislativa aprobatoria el 9 de setiembre del 2013. Han pasado cerca de diez años sin que el Pleno del Parlamento lo haya aprobado, pese a que en tal lapso se han sucedido varios Congresos.

Han pasado tres décadas desde la suscripción del primer BOLIVIAMAR y deplorablemente ni Bolivia ni el Perú, le han sacado los beneficios deseables, por lo cual convendría que el actual Congreso apruebe de una vez por todas el dictamen del 2013, con lo cual en la práctica se pondría un candado a antojadizas y no aceptables pretensiones bolivianas, quedando aún por evaluar, los convenios del 30 de octubre del 2021 suscritos en La Paz.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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