
El 28 de julio de 1821 el general José de San Marín proclama la independencia del Perú, este hecho meramente nominal no se reflejaba con la realidad ante un Perú ocupado por fuerzas realistas que tenían victorias en el sur y controlaban los centros de abastos del resto del territorio peruano.
Los días 26 y 27 de julio de 1822 se lleva a cabo la entrevista de Guayaquil, reuniéndose Simón Bolívar y José de San Martín para culminar la campaña de la independencia del Perú. Bolívar llegó primero y recibió a San Martin con la frase “Bienvenido Libertador a la Gran Colombia” sabiendo que en realidad era tierra peruana de acuerdo al uti posidetis de 1810.
Para San Martín la suerte de Guayaquil no era tan importante como sí lo era la independencia del continente, priorizando la guerra y la eliminación de la presencia española en Sudamérica. Guayaquil se incorpora a la Gran Colombia el 31 de julio de 1822 por un cabildo abierto, mientras que sus élites se trasladan a Lima por el temor a las represalias del ejército de Bolívar.
En el Perú, José de la Riva Agüero es designado presidente constitucional por el Congreso y poco después ese mismo Congreso solicita al Libertador Simón Bolívar a que termine la campaña por la independencia del Perú otorgándole poderes omnímodos en la zona donde se libran los combates. Riva Agüero posteriormente es exonerado de la presidencia (lo que hoy sería una vacancia) y Bolívar se hace de todo el poder, culminando exitosamente la campaña por la libertad del Perú y América el 9 de diciembre de 1824 en la batalla de Ayacucho, firmándose la capitulación que lleva ese nombre.
Gobernando el Perú y la Gran Colombia, Bolívar decide libertar lo que era la Audiencia de Charcas, proclamando su independencia el 6 de agosto de 1825, llevando el nombre del libertador y para que el nuevo país tenga un acceso al mar, segrega de la costa del Perú, (país al que gobernaba) el territorio de Atacama (ubicado entre los ríos Loa y Paposo) y por decreto de 25 de diciembre de 1825 obtiene una salida al mar por territorios que fueron peruanos.
Bolívar aquel que pretendía un sistema republicano en contra de la monarquía constitucional que proponía San Martín, ahora con todo el poder que se centraba en él propuso una presidencia vitalicia plasmada en una constitución a su medida en 1826 y cuando dejó el poder del Perú nos enfrascamos en una guerra contra la Gran Colombia que culminó en el tratado Larrea – Gual de 1829.
El “Libertador” envía al Perú a su plenipotenciario Tomás Cipriano Mosquera y este advierte que los peruanos no conocen de una moderna cédula que se quemó en los archivos del palacio de los virreyes y que otorgaba Maynas al Perú, solicitando instrucciones de como sorprender a los políticos peruanos, se fabrica lo que años más tarde se llamó “el falso protocolo Pedemonte Mosquera” que el jurista peruano Luis Ulloa al descubrir el fraude lo publicó en 1911 en su libro “Algo de Historia”.
El legado más perdurable del “Libertador” fue la enemistad que por más de 100 años nos apartó de Colombia, ocurriendo lo mismo por 150 años con Ecuador. En suma, la libertad de América le costó al Perú las provincias de Guayaquil y de Atacama, cargando el Perú una enorme deuda externa que se vio reflejada en el caos y la anarquía que duró hasta la llegada de Ramón Castila al poder.
(*) Abogado y excongresista
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