Estamos viviendo, posiblemente, los tramos finales del Gobierno, luego de la jornada masiva del 5 de abril que lo dejó al borde de la renuncia. En consecuencia, es pertinente evaluar las salidas constitucionales que puedan explorarse para una salida pacífica y ordenada.
1.- Renuncia del presidente Pedro Castillo y de la vicepresidenta Dina Boluarte. En ese caso asume la presidente del Congreso que convoca de inmediato a elecciones presidenciales. Solución enmarcada en la Constitución, sería la más rápida.
2.- Renuncia Pedro Castillo, pero Dina Boluarte asume la presidencia faltando a su palabra como lo ha insinuado últimamente; siendo ella una vice cuestionada desde su origen, no solucionaría el problema de fondo y la confrontación seguiría, esta vez en dos frentes, pues Perú Libre también sería oposición.
3.- Renuncia presidente y vice presidenta y se logra un acuerdo político que conduzca a realizar Elecciones Generales, es decir elegir nueva plancha presidencial y nuevo Congreso.
Está fórmula tiene el inconveniente de no estar prevista en la Constitución por cuando el mandato de los congresistas es irrenunciable; pero debo recordar que en el año 2000, ante la vacancia presidencial y la renuncia de los vice presidentes, los que integrábamos la Mesa de Diálogo de la OEA en Lima, buscamos una fórmula atípica pero que se pudo implementar y dio resultados en la transferencia del poder sin los sobresaltos previsibles. Una figura similar podría considerarse si es que se trata de buscar una salida viable que resuelva el punto muerto en que hemos quedado; el Congreso no puede vacar al Congreso, que a su vez no puede ser cerrado por el presidente.
Para que esto fuera factible aprobamos la Ley 27365 (2/11/00) que modifica el art. 112 de la Constitución que prohíbe la reelección inmediata y que en Disposición Transitoria Especial permite la renuncia congresal, recortando los mandatos del presidente y los congresistas a 28 y 26 de julio de 2001, respectivamente.
Por tratarse de una reforma constitucional era necesario aprobarla en dos legislaturas ordinarias y eso hubiere dilatado la solución política, para ello concebimos y aprobamos una modificación al Reglamente del Congreso para que las dos legislaturas ordinarias pudieran realizarse en un corto lapso, lo que hicimos por amplia mayoría. Esto conllevó la modificación de forma tal que facilitamos así la realización de elecciones generales, restableciéndose la confianza ciudadana.
Luego elegimos presidente del Congreso, a Valentín Paniagua, y al concretarse la vacancia presidencial y de vicepresidentes, asumió la Presidencia de la República, convocándose nuevamente a elecciones generales.
Recientemente la presidente del Congreso, María del Carmen Alva, ha comentado la posibilidad de hacer elecciones generales; si esa fuere una opción para restaurar el orden y la serenidad social y política, hay que mirar los anales del Congreso para encontrar allí la solución.
(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.
