Opinión

Aeropuerto Jorge Chávez: centro de ineptitud, corrupción e incapacidad

Por: Víctor A. García Belaunde

El domingo 3 de junio casi al rayar la tarde el aeropuerto internacional Jorge Chávez fue cerrado más de 10 horas por fallas en el alumbrado de la pista de aterrizaje demostrando lo precario de la concesión que tiene la empresa Lima Airport Partners (LAP) quien se opone a un aeropuerto alternativo o de emergencia a nuestro primer terminal aéreo; la incapacidad del Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte (OSITRAN) que no supervisa nada y se opone a una verificación de los organismos similares; la Corporación de Aeropuertos Comerciales (CORPAC) permitió que el ae- ropuerto funcione sin la correspondiente verificación de seguridad de los elementos principales para que un avión aterrice o despegue, e INDECOPI que ante el tumulto por los miles de usuarios de nuestro primer terminal aéreo no ha sabido dar la información sobre la indemnización que corresponde a los que se han visto afectados.

A este grupo de la incapacidad se agregan las empresas encargadas del mantenimiento de las luces del aeropuerto: Leibram Ingeniería y Construcción SAC (Arequipa), y L & R Multiservice, (Ica). La primera constituida en 2022 con un capital social de 1000 soles y por 35,714 soles tuvo su único contrato con el estado a través de CORPAC. La segunda empresa se encargó del mantenimiento de los soportes del sistema de luces de aproximación del aeropuerto y recibió un pago por 37,900 soles. Ambas empresas tienen en común que se encuentran ubicadas en zonas donde hay viviendas precarias y por las características de lo que ya se ha visto, estas empresas unipersonales han sido constituidas al momento y operan de forma irregular, las consecuencias son los resultados de su “trabajo” que han culminado en esta vergonzosa situación que afecta la imagen del país y cuya desastrosa noticia dio la vuelta al mundo.

A todos ellos se suman otros por complicidad, el primero el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE), que habilitó los servicios que prestaban las empresas Leibram y L & R Multiservice para que contraten con el Estado y brindaron un servicio realizado con personal no calificado; y a todos ellos le pondrán el sambenito a esta investigación los nada eficaces integrantes de la fiscalía, quienes probablemente realizaran sus acostumbrados pedidos de prisión preventiva ante sus jueces permisibles y montar todo un show mediático al encarcelar a uno que otro pez chico, dejando en libertad a los tiburones de la corrupción, Odebrecht es uno de sus más preciados resultados que desprestigian al Perú.

El presidente Belaunde dijo sobre nuestro primer terminal aéreo: “…los herederos de la gloria de Jorge Chávez aceptaron el reto amenazante y grandioso de su propia cordillera andina. Este aeropuerto es el nido de esos cóndores. Sus puertas se abren al visitante con amplitud de alas desplegadas”. Pero las puertas se tuvieron que cerrar por las incompetentes autoridades que laboran o parasitan en las instituciones y empresas públicas que los peruanos debemos pagar en sus jugosos salarios y cuya retribución es un pésimo servicio al país.

El ministerio de Transportes y Comunicaciones se ha convertido en una presa apetecible de la corrupción llegando a los extremos inadmisibles en el gobierno de Pedro Castillo, pues el encargado de esa cartera era competente porque su único mérito era poseer su licencia de conducir. Los funcionarios de CORPAC y OSITRAN permiten las “castas” de controladores aéreos cuya incompetencia se ha demostrado en el choque entre un avión y un carro de bomberos en un simulacro preparado por ellos.

Y mientras ocurre todo esto soterradamente el Fiscal de la Nación archivó la denuncia contra Martín Vizcarra y el escándalo de la adquisición de pruebas rápidas durante la pandemia del covid19 que no sirvieron de nada. Esto no es un “caso fortuito”, sino un muy bien montado engranaje que espera este tipo de negligencias para que los corruptos sigan en libertad.

(*) Excongresista

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