
Por resolución de la Presidencia del Consejo de Ministros y atendiendo a la recomendación de algunos adulones que no faltan, se ha dispuesto el uso obligatorio, por todas las entidades del Poder Ejecutivo, de la frase “SIEMPRE CON EL PUEBLO” en toda publicidad institucional informativa y aquella por la que se comunique a la población los servicios que se le brinda.
Subestimando la inteligencia del pueblo, que somos todos, se menciona que ello es “…para la obtención de mayores niveles de eficiencia del aparato estatal”, así como para lograr una “…mejor atención a la ciudadanía” e incluso para optimizar y priorizar “…el uso de los recursos públicos”. Por último, la adopción de tan pintoresca frase es “con la finalidad de promover el cambio y el mejoramiento de su calidad de vida”.
Evidentemente, la frasecita de marras, así la repitan en todas las páginas e imágenes de la documentación oficial y de la publicidad gubernamental, no tiene cómo conseguir, por sí misma, una mejor atención al ciudadano, ni menos un apropiado uso de los recursos estatales y mucho menos ayudará a elevar los niveles de calidad de vida. En adición, como se ha podido conocer, ni siquiera se trata de un fraseo original, sino que es un “copia y pega” tomado de otros autores.
En el título de esta columna nos preguntábamos si ello era broma o burla, dado que es más que cierto que cuando se genera desconfianza, ello eleva el valor del dólar y la depreciación del sol, con la consecuencia de la subida de precios.
Los nombramientos de personas incompetentes desde altísimos cargos a modestas direcciones y subdirecciones de organismos públicos, tampoco es para ufanarse de que se está siempre con el pueblo, ya que será este el que padezca la impericia de los funcionarios.
El hecho de tener que pagar más por los alimentos, pues el petróleo para la energía, como también la soya, el trigo y el maíz, que son componentes de otros nutrientes, nos costarán más por la subida del dólar. La decisión de retirar a altos mandos de nuestras Fuerzas Armadas sin justificación, tampoco puede considerarse que ello es estar con el pueblo, y menos cuando se manosean ascensos en el sector Militar y Policial.
Las contrataciones sospechosas, agravadas con visitas furtivas a medianoche y posibilidad de pago de “coimisiones”, ciertamente encarecerán las obras públicas y habrá menos recursos para atender las necesidades de servicios a los ciudadanos. Como vemos no se está con el pueblo, sino contra él.
Cuando se entregan a escondidas las pruebas para el ingreso o ascenso a la carrera magisterial, lejos de propender a elevar la calidad de la enseñanza, simplemente la empeoran. Tampoco ello es estar con el pueblo.
Cuando gracias a la falta de decisión y dejar que se interrumpan carreteras, se incendien centros de producción y se cierren operaciones mineras, es claro que se perderán puestos de trabajo. Por ello, seguimos preguntándonos si decir “SIEMPRE CON EL PUEBLO” es broma o burla.
No seguimos, puesto que esto es un artículo y no una enciclopedia.
- (*) Excongresista de la República
- (*) Expresidente del Consejo de Ministros
- (*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.