
En los últimos años, la extorsión se ha convertido en una de las mayores amenazas para la seguridad ciudadana en el Perú. Bandas criminales —con nexos internacionales, carcelarios o pandilleros— han hecho de este delito su principal herramienta de terror y ganancias ilícitas, afectando no solo a comerciantes y transportistas, sino también a ciudadanos comunes.
Frente a esta realidad, la estrategia de seguridad ciudadana debe abordarse en tres fases: preventiva, investigativa y de inteligencia. Es en la prevención donde el ciudadano juega un papel clave.
1. Prevención: cómo evitar ser blanco de extorsionadores.
La prevención es el mejor escudo contra la extorsión, y requiere hábitos cotidianos de protección:
a) Protección de información personal
- No divulgar ingresos, bienes, rutinas o datos familiares en redes sociales.
- Limitar el acceso a datos sensibles en formularios digitales y públicos.
- Evitar fotos que revelen placas de vehículos o direcciones de vivienda.
b) Precaución ante llamadas sospechosas
- No atender números desconocidos con prefijos inusuales.
- Si un desconocido dice tener a un familiar secuestrado, colgar y verificar directamente.
- No compartir información personal por teléfono
c) Seguridad digital básica
- Configurar la privacidad en redes sociales.
- No aceptar solicitudes de desconocidos.
- Usar contraseñas seguras y activar la verificación en dos pasos.
d) Denunciar extorsión
- La falta de denuncias fortalece a los delincuentes. Es clave acudir a la comisaría o al DEPINCRI.
También se puede denunciar de forma anónima al 1818 o al 105.
e) Organización vecinal
- Participar en juntas vecinales y compartir información sobre intentos de extorsión.
- Promover cámaras de videovigilancia y alarmas comunitarias.
2. Investigación: rol de la PNP y la Fiscalía
Tras un intento de extorsión, la Policía Nacional y el Ministerio Público deben:
- Identificar redes criminales.
- Intervenir llamadas y rastrear cuentas.
- Coordinar con operadores móviles para bloquear líneas delictivas.
- Realizar operativos de captura. Sin denuncia, no hay investigación posible.
3. Inteligencia: detección de patrones criminales
Las unidades de inteligencia de la PNP y el Ministerio del Interior monitorean y rastrean actividades delictivas mediante:
Vigilancia de cárceles desde donde se operan extorsiones.
- Identificación de métodos de extorsión masiva.
- Seguimiento de redes sociales utilizadas por delincuentes.
- Análisis de flujos financieros vinculados a crimen organizado.
Las denuncias ciudadanas nutren estas bases de datos y ayudan a combatir el delito.
Seguridad desde la comunidad
Un ciudadano informado y prudente en sus redes sociales, organizado con su comunidad y activo en la denuncia reduce significativamente su riesgo de ser víctima de extorsión. La lucha contra este delito no es solo responsabilidad del Estado, sino de cada ciudadano en su hogar, su barrio y su entorno. La seguridad comienza con la conciencia.
(*) Presidente de APROSEC.
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