En la madrugada el último martes, Israel al mando del carnicero Benjamín Netanyahu ha consumado una nueva masacre en su historial, ya que traicionando la tregua que existía desde hace dos meses, lanzó una oleada inmisericorde de bombardeos aéreos que asesinó más de 400 civiles palestinos indefensos mientras dormían, además de cientos de heridos.
Luego Netanyahu, quien, a estas alturas, solo es comparable con el genocida Nazi, Adolf Hitler, señaló con total desparpajo: “éste ataque solo es el comienzo, Israel seguirá adelante hasta lograr todos sus objetivos de guerra.” En realidad, no es una guerra, sino una masacre indiscriminada contra la población indefensa palestina en Gaza, que en 17 meses desde que inició el genocidio supera los 48,572 asesinados y más de 112,032 heridos. Una vez más, ha sido una noche aterradora y una mañana sangrienta
. El mundo enteró despertó con las desgarradoras imágenes de niños asesinados por las bombas israelís, nuevamente cayendo en toda la Franja de Gaza. Una mañana más en la que el mundo es testigo de las peores atrocidades insoportables sufridas por el pueblo palestino. Hoy, la obligación de detener estas masacres criminales israelíes se hace urgente. Los dirigentes políticos de todo el mundo deberían estar horrorizados al enterarse de los mortíferos ataques aéreos israelíes en la ya devastada Franja de Gaza, incluyendo las zonas de la ciudad de Gaza, Deir el Belah, Al Mawasi, Kan Younis y Rafah.
La cruel agresión contra el pueblo palestino es una evasión oficial israelí de las obligaciones de consolidar el cese del genocidio y el desplazamiento, además de ser una interrupción de los esfuerzos internacionales en apoyo del Plan de Reconstrucción de Palestina. Otro hecho de genocidio grave de Israel, es que está destruyendo sistemáticamente la capacidad reproductiva de la población palestina. La Comisión Internacional encargada por Naciones Unidas para investigar los ataques en Gaza, expresó:
“Las autoridades israelíes han destruido parcialmente la capacidad reproductiva de la población palestina en Gaza, incluso mediante la imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos, una de las categorías de actos genocidas contempladas en el Estatuto de Roma y la Convención sobre el genocidio”. Estos ataques llevaron a la eliminación de centros de salud para mujeres por parte de las fuerzas de seguridad de Israel, incluida la mayor clínica de fertilización in vitro: “Al Basma”, que almacenaba embriones.
El informe de la Comisión de la ONU también dio cuenta del aumento de muertes maternas debido al acceso restringido a suministros médicos y calificó el conjunto de medidas de Netanyahu, como “un crimen de lesa humanidad y exterminio”. El Ejército Israelí viene utilizando la violencia sexual como estrategia incluyendo castigos con desnudamiento forzado público y violación sexual, al más puro estilo del criminal líder Nazi de las SS, Heinrich Himmler.
Hoy ya no quedan dudas que el gobierno israelí quiere aplicar contra los palestinos “la solución final”: la limpieza étnica y el exterminio de su pueblo. El mundo debe frenar este horror.
(*) Exvicepresidente del Perú.
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