Opinión

Oriana Fallaci y la entrevista

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Muchos creen que la entrevista periodística es una técnica que consiste en el mero acto de hacer preguntas en busca de respuestas. Y que, como el autor no interviene en la elaboración de ideas y la redacción o difusión de estas, su participación en una entrevista es irrelevante. Se equivocan, pues para hacer una entrevista el periodista debe contar con un bagaje apropiado de conocimientos generales, saber qué temas se van a tratar y estar preparado para las repreguntas. Entonces, la entrevista periodística no es una simple conversación, sino un género periodístico de nivel superlativo.

El motivo de esta reflexión inicial es la reedición, lanzada por la editorial Cult Books, de la famosa obra “Entrevista con la historia”, de la recordada periodista y escritora Oriana Fallaci, quien ganó fama internacional precisamente por sus entrevistas a personajes famosos, como Henry Kissinger, Golda Meir, Yasser Arafat, Indira Gandhi y otros. Se trata de una publicación que tiene vigencia hasta nuestros tiempos, pues permite acercarnos al pensamiento de los líderes mundiales que le dieron forma al mundo en el que vivimos en la actualidad.

“Entrevista con la historia” fue publicado por primera vez en 1974 y ya ha sido traducida en 11 países. Es, sin duda, una obra que no debe faltar en la biblioteca de todo periodista que se precie de seguir esta carrera con vocación auténtica.

Contaba Oriana Fallaci que, antes de estudiar periodismo, ingresó a la universidad para seguir medicina porque un tío le dijo que eso le ayudaría a ser escritora. En el camino, Fallaci se quedó con el periodismo. Nos hace recordar a Marcelo Mamani Meoño, un expracticante de La Noticia que nos decía que quería ser músico, pero sus padres le dijeron que antes debía estudiar periodismo, pues un artista debe saber comunicarse con su público. A sus cortos 18 años, Marcelo realizaba su labor periodística con una admirable eficiencia precoz. Incluso nos contó su interés en hacer entrevistas. Lamentablemente, dejó este mundo sin cumplir su sueño de ser músico, pero nos consuela haber constatado que, como Fallaci, él también se encariñó con el periodismo y lo ejerció con pasión.

El maestro Juan Gargurevich, quien define a la entrevista como “la transcripción o relato de una conversación”, contaba que el historiador José Ragas, de la PUCP, decía que “la buena entrevista es aquella en que se revela algo oculto”. Eso es, precisamente, lo que debe perseguir el entrevistador, encontrar lo que periodísticamente conocemos como la “pepa”. Y eso amerita tener cierto nivel de preparación. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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