¿Y el centro dónde está?
Por: Martín Valdivia Rodríguez

En 1992, todos los países de Sudamérica tenían gobiernos de derecha, a excepción de Bolivia (Jaime Paz Zamora). En 2023, la mayoría de los presidentes del continente son de izquierda y solo tres (Ecuador, Uruguay y Paraguay) pueden ser calificados de derecha. ¿Y de centro? En realidad, prácticamente no hubo gobernantes de centro propiamente dichos. Algunos pudieron amagar un desmarque con el progresismo o el conservadurismo, pero solo por conveniencia política.
Precisamente, 1992 puede tomarse como punto de referencia de esta suerte de mutación política o viraje hacia la izquierda en el continente. Mientras que, en Perú, Alberto Fujimori daba el autogolpe para prolongar su régimen liberal hasta el 2000; en Venezuela, Hugo Chávez intentó dar un golpe de Estado al gobierno de Carlos Andrés Pérez y, aunque fracasó, empezó a gestar el chavismo, que llegó al poder en 1998 con las repercusiones y consecuencias desastrosas que hoy tenemos.
Tal vez en Perú los gobernantes —o los políticos en general, según parece— sean más prestos para moverse de un extremo hacia el centro. Tenemos a Humala, quien fue conminado a quitarse el polo rojo y ponerse el blanco; mientras que PPK llegó a Palacio con una propuesta liberal, pero terminó siendo tildado —aunque con una exageración febril— hasta de “comunista”. Curiosamente, los dos, Humala y PPK, son investigados por presunta corrupción. Tal vez Toledo sea el único candidato que salió elegido con una propuesta de centro. Pero el suyo era un recurso político, pues solía poner la etiqueta de izquierdista o derechista a sus rivales para acomodarse él en un centro supuestamente inmune. Sin embargo, terminó embarrado por la corrupción y está en prisión.
Parafraseando a Ángel Cappa, el exfutbolista, exentrenador y también escritor argentino, autor del libro “¿Y el fútbol dónde está?”, podríamos preguntar: “¿Y el centro dónde está?”. Ojo, no tratamos de defender o magnificar al centro político, que ideológicamente puede ser objeto de válidas y fundamentadas críticas por su indefinición y oportunismo. Solo intentamos identificar a algún político o partido que ejerza esa posición, pero por convicción y no por conveniencia.
En el escenario actual, con miras al 2026, tampoco existen políticos de centro en el Perú. En realidad, lo que hay es una sanguaza rancia y voluble que se arrima hacia la derecha o la izquierda de acuerdo con coyunturas, cálculos, amiguismos, intereses y acomodos. ¿Aparecerá por ahí alguien auténticamente de centro, ubicado en esa equidistancia por ahora poblada de impostores? Veremos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.