¿Universidad, cosa de locos? (I)
Si bien no es un requisito que un político, más precisamente un congresista, tenga estudios universitarios, en realidad sí es importante. Aunque en estos tiempos del plagio, el “copia y pega” y la Inteligencia Artificial, puede haber personas que ostentan títulos obtenidos hasta en prestigiosas universidades extranjeras, pero no demuestran tener esos supuestos conocimientos, una persona con estudios superiores tiene más posibilidades de lograr la eficiencia en los cargos públicos.
La universidad propiamente dicha tiene más de 1,500 años. La Qarawiyyin, que queda en lo que hoy es Marruecos, fue fundada en el año 859 y es considerada la institución universitaria más antigua todavía en funcionamiento por la Unesco y el Libro del Record Guinness. Pero la más antigua es la Pandidakterion, llamada Universidad de Constantinopla, considerada como la primera universidad de mundo, pues existió del 425.
Sin embargo, no solo en las universidades se pueden obtener conocimientos útiles para ejercer un oficio o profesión con eficiencia. También tenemos a los institutos superiores y las escuelas, los cuales, en esta era virtual, de efervescencia tecnológica, están obteniendo más relevancia. Por ejemplo, las carretas a nivel técnico de minería, metalúrgica y petróleo; electrónica; diseño gráfico; marketing; mecatrónica; negocios internacionales; electrónica industrial, y computación e informática, entre otras, se encuentran actualmente entre las mejor pagadas.
Muchos emprendedores desarrollan negocios exitosos sin haber estudiado una carrera universitaria o se mueven como un pez en el agua en campos ajenos a sus profesiones. Puede ser, válido. Hay personas, incluso, que logran un elevado nivel intelectual y llegan a la erudición sin haber ido a la universidad, como por ejemplo el recordado Marco Aurelio Denegri, pero estos personajes tenían hambre de conocimientos y eran devoradores de libros. Ello demuestra que de todas maneras hay que prepararse, observar, comparar, medir, ensayar, corregir, replantear, etc. Las cosas importantes no podemos dejarlas a la suerte o la intuición.
Hace unos días, en las redes se hizo viral la pelea de un campeón en tankanakuy, un deporte ancestral de aficionados que consiste en luchar a puñetes y patadas, pero sin aplicar llaves. Este peleador retó a un campeón en MMA (artes marciales mixtas). La lid se realizó con las reglas del tankanakuy y ganó, de lejos, el campeón en MMA, el profesional, que impuso su técnica, sus conocimientos y habilidad a la fuerza y resistencia del aficionado. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.