Opinión

Unidos podemos recuperar el Perú

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El Perú no aguanta más. El desgobierno y el desmanejo económico nos están llevando a un nivel inaceptable que no tiene precedentes en la vida republicana. A esto se suma la corrupción institucionalizada que se quiso instaurar en el país al formarse una organización criminal desde la cúpula del poder. Vamos a desarrollar estos conceptos.

La ingobernabilidad instaurada es el producto de la improvisación, la ignorancia y la incapacidad. Tampoco podíamos esperar otra cosa cuando la dirección del Estado queda en manos de gente no preparada, empezando por el mismo presidente, ministros y funcionarios no calificados. Han desfilado cuatro gabinetes y el vigente con más ánimo de confrontar que gobernar.

Como demostración de estas incompetencias, debemos recordar algunas: La disparada del precio de los combustible, que si bien tiene causas externas también, pudieron adoptarse medidas oportunas que al hacerlo tardíamente ya no tuvieron el impacto deseado. Hoy la gasolina de 90 octanos cuesta sobre los seis dólares y la de 97 sobre los ocho dólares, las más altas de América Latina.

En nuestro gobierno, en el año 2008, el petróleo estaba a niveles similares que ahora, por encima de 100 dólares el barril; la Constitución era la misma y el régimen tributario en ese tiempo era más oneroso; pero, la gasolina costaba menos de la mitad que ahora.

Los fertilizantes, es uno de los fiascos más grandes de los últimos tiempos. Ha habido dos procesos de compra y ambos se tuvieron que frustrar por actos de corrupción, que nadie ha explicado y que la voz altisonante de Vladimir Cerrón reclamando la cabeza del ministro de Agricultura, con lo que está reclamando que dicho sector vuelva a su control.

Por otro lado, los elementos de corrupción que surgen cada semana o día, no dejan de asombrarnos: helipuerto propio, sobrina lobista; se suman a la “fuga” de Bruno Pacheco, el ex Ministro Silva y el sobrino, que han motivado la caída del ingenuo Ministro Senmanche.

Lo sorprendente es que Pedro Castillo no dice nada. Su entorno personal comprometido hasta los huesos y él es el presidente, pero no sabe nada. Esto será una prueba de fuego para el ministro del Interior Mariano Gonzales, que seguramente no dudarán en sacrificarlo como bonzo para que sus allegados sigan en la clandestinidad.

En cualquier momento puede pasar algún suceso que detone este gobierno; un colaborador eficaz harto de vivir clandestino, el revelamiento de alguna transacción ilegal por operaciones del gobierno, se pueden traer abajo al “gobierno del pueblo”.

Estemos los demócratas atentos al desenlace que pudiera suceder en cualquier momento y exijamos la restitución del buen criterio y el sentido común en el manejo del Estado, para eso el primer requisito en la unidad de la fuerzas democráticas.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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