Pedro Castillo ha pasado a la segunda vuelta de acuerdo a los resultados de las elecciones del 11 de abril. Sin embargo, este resultado se podría cambiar y, es más, se podría anular todo el proceso electoral, si se llegara a comprobar y demostrar la siguiente sospecha: la presencia de Sendero Luminoso en la campaña electoral.
No hablamos de un candidato que tiene vínculos con el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), lo cual los tiene, sino de un partido que pudiera haber servido como vientre de alquiler para que Sendero Luminoso pueda presentar candidatos al Congreso de la República. La respuesta para la veracidad de esta sospecha o la negación de la misma, está en el padrón de afiliados que el Movadef presentó ante el JNE en el año 2015, en su intento de inscribirse como organización política legal.
Si se pudiera comprobar que un buen grupo de adherentes y militantes en ese padrón postularon en estas elecciones por Perú Libre, tendría que anularse el proceso electoral en sí, por vulneración de la ley de partidos políticos y porque habría ocurrido una clara infiltración de Sendero en el sistema democrático.
Hasta lo que sé, diversos medios de prensa están buscando ese padrón, la policía extrañamente ha hecho silencio sobre el tema, los del jurado dicen desconocer su paradero, y que ellos devolvieron la lista al ser rechazada la inscripción. Hoy ese padrón puede cambiar la historia y tal vez salvar al país de una dictadura chavista. Es labor de los demócratas encontrar ese padrón y cotejar si es que de esa lista de militantes del pensamiento Gonzalo, ha habido candidatos dentro de las listas del partido de Vladimir Cerrón.
Si bien Cerrón podría argumentar que desconocía de esa circunstancia, ese desconocer, esa circunstancia, podría también ser, en esos giros dramáticos que tiene la historia y la política peruana, una posible alianza de dos organizaciones para alcanzar el poder. Una legal y otra ilegal, pero con similares objetivos. Sin embargo, conociendo la historia peruana, y la casi maldición trágica de la división entre peruanos, es muy posible que esos padrones nunca aparezcan, con el silencio cómplice de algunos, incluso de sectores de la policía y el ejército.
(*) Director de la ONG de derechos humanos Waynakuna Perú
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