Opinión

Un Congreso debilitado por una empresa partidaria

Por: Víctor A. García Belaunde

El señor Acuña es un empresario de la educación, con éxito, pero eso no significa que sea buen político, y al confundir la política con la empresa distorsiona el sentido del bienestar público. El Perú no es una empresa, necesita de empresarios sí, y de normas y conductas que lo hagan competitivo, y entre ello respetar la meritocracia.

Un partido democrático tiene militantes y estos deben participar de las decisiones de su agrupación política; y por los audios difundidos pareciera que el señor Acuña decide por todos, convirtiéndolo en el dueño del partido y eso no es hacer política. Por eso creyendo que la creación de un distrito, lo iba a beneficiar a él por haberlo propuesto, la población se iba a convertir en acuñista, de ser así Javier Alva hubiese sido presidente del Perú, creo mas de 50 distritos y como 20 provincias y nunca ganó en ellas.

Los distritos no ponen agua ni luz, cobran arbitrios por servicios que no siempre dan. En muchas ocasiones sus gastos corrientes son siempre tan exagerados e irreales que priorizan la planilla a la obra pública. En Pachacamac por ejemplo, hemos visto con espanto como el 93% de sus ingresos se van en gasto corriente (planillas) y con el 7% restante no pueden hacer ninguna obra.

En los EEUU se hacen enmiendas a las normas y estas llevan el nombre de quien las propuso. En el Perú las leyes las promueve un parlamentario la que debe estar acorde con su bancada y pasan por una serie de tamices, entre ellas el dictamen de la comisión, para luego sea el pleno del Congreso que la apruebe y hasta con nuevas modificaciones, de manera que la proposición original termina siendo de autoría de todo el Congreso.

La señora Camones, de quien tengo una buena impresión sin conocerla, no reaccionó bien. Al ser presidenta de un poder del estado debió contestar que no aceptaba órdenes de nadie, lo cual aparentemente con su silencio nos indica una aceptación tácita, pero por escuchar algo indebido no te pueden juzgar, en este caso, censurar. Y ella no se manifiesta contundente ante la prensa, pudiendo allí deslindar con más energía y decisión.

Lo grave es que el Congreso no ha sido solidario con ella, y se sumó a esto las declaraciones del primer ministro que emplazaba a toda la mesa directiva, culpándolos por los comentarios o silencios de la presidenta, lo cual fue una exageración; por eso creo que la han sacado en forma injusta e insólita. Por cosas mas graves no sacan a ministros y al mismo presidente de la república.

Lo que ha sucedido realmente es una vendetta contra Acuña, un mensaje a su conducta zigzagueante, o una sanción al presidente de un partido que ni siquiera es parte del Congreso; sin ir muy lejos, recordemos que apoyó a Merino y a los tres días le quitó su respaldo.

El Perú tiene un Congreso unicameral desde el año 95, hecho por Fujimori para utilizarlo a su antojo, y gracias a eso el Ejecutivo lo ha manejado como ha querido, se aprovecharon más de esta coyuntura Vizcarra, Sagasti y ahora Castillo, quien debe estar feliz con esta Constitución y no entiendo porque quiere cambiarla ya que tiene un Congreso pequeño, manipulable y comprable, y no necesita mayoría, solo una minoría para evitar su vacancia.

(*) Abogado y excongresista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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