Particular

“Transporte urbano en manos de choferes extranjeros”

Revela Gregorio Torres, presidente de la Confederación General del Transporte (CGT), quien afirma que venezolanos son “mano de obra barata” y no profesional

Las condiciones deplorables en que se encuentra el transporte urbano de nuestra capital afectan la economía, retrasan el crecimiento de la industria, disminuyen la eficiencia y generan gastos al sector privado al provocar mayores costos en horas hombre y, sobre todo, afecta la calidad de vida de los ciudadanos al ofrecerles condiciones de movilidad poco dignas y ponerlos en riesgo de accidentes de tránsito.

Aunado a esto, se suma un fenómeno que hace aún más peligroso el servicio público de nuestro país: la proliferación de choferes extranjeros que son contratados por ser una mano de obra barata y abundante. “Los hermanos que han venido del extranjero están de moda por la mano de obra barata que ofrecen. Muchos propietarios han optado por contratar a venezolanos porque trabajan más horas y cobran menos que un peruano”, afirma Gregorio Torres, presidente de la Confederación General del Transporte (CGT), quien fue entrevistado en nuestro canal digital La Noticia Multimedia.

“Como gremio, exhortamos a los propietarios de buses a no contratar a este personal, pero muchos alegan que lo hacen, también, porque no encuentran a choferes peruanos con licencia profesional. Incluso, muchos de nuestros agremiados han sucumbido a esa suerte de tentación por contratar a un extranjero. Muchos lo hacen, eso no lo podemos negar”, precisó Torres.

El gran problema de confiar el transporte público a choferes extranjeros, es que la gran mayoría de éstos no son conductores profesionales y carecen de la experiencia necesaria en el manejo de un vehículo de gran tamaño. Según el presidente de la Confederación General de Transporte, procuran crear filtros para contratar a personal extranjero, “pero no todos actuamos iguales”, afirma.

SINCERAR LOS PASAJES

A criterio del dirigente de transporte, el pasaje urbano en Lima y Callao debería estar costando –en promedio– un sol con 80 céntimos y no un sol como hasta ahora viene costando. “Si bien los pasajes ahora son sectorizados, en promedio se cobra un sol. Nuestros costos –alza de combustible, repuestos, llantas, etc.– no representan el sol que cobramos”, dice.

Nosotros, dice Torres, somos literalmente la última rueda del coche. “Ningún gobernante nos hace caso: no nos mencionan en ningún plan de gobierno o discurso”, se lamenta. Precisa que el transporte público es el sector que mueve al país, teniendo una gran responsabilidad para con la comunidad. “Estamos subvencionando el transporte sin que ese sea nuestro deber. Es el Estado el que debe subsidiar de alguna manera el transporte público y no nosotros”.

Esta falta de apoyo al transporte público es un círculo vicioso que termina por “canibalizar” a las unidades con el tiempo. El parque automotor peruano tiene una edad promedio de 25 años y es uno de los más antiguos de América Latina. Al ritmo lento y de problemas de corrupción que vamos, necesitaremos cuando menos unos 40 años para renovarlo. Como ejemplo, Ecuador, con la mitad de la población del Perú, vende casi tres veces más vehículos nuevos que nosotros y está modernizando su parque automotor adecuadamente. En Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay no está permitido el ingreso de vehículos usados y también renuevan su parque en función a las nuevas tecnologías.

Como en todos los sectores públicos, el transporte necesita soluciones de equipos estratégicos y no medidas aisladas como hasta ahora ha sucedido y que causan el caos y desorden. En Lima es tiempo de encontrar megasoluciones para una megaciudad que se aproxima a los diez millones de habitantes.

UN SISTEMA INSUFICIENTE

Señalar que hay un exceso de pasajeros en las combis o microbuses no implica culpar al público. Muchas veces el transporte informal es el único al que pueden acceder muchas personas dado que servicios como el Metropolitano, el Metro o los Corredores Complementarios no cubren todas las zonas de Lima.

Pero el problema de la cobertura del sistema integrado de transporte no se limita a que no llega a muchos puntos de la ciudad, sino que también tiene problemas de fluidez. En el Metropolitano o en los corredores hay tramos donde falta un buen diseño vial, por lo que el servicio no llega de manera fluida, explican los expertos.

UN PROBLEMA QUE AFECTA A LOS LIMEÑOS

El transporte urbano es el segundo problema que más afecta a los limeños, según la última encuesta del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos. Los pilotos pasan 6 horas en promedio frente al volante debido al tráfico. Algunos de ellos generan contaminación ambiental y sonora con sus vehículos poco cuidados.

“La mayor cantidad de viajes que se hacen en la ciudad son en vehículos asociados a un sistema de transporte público y no necesariamente los sistemas modernos como el Metropolitano, ya que estos no cumplen con todas las rutas de los pasajeros”, afirma el estudio.

Según el gerente general del Centro de Investigación y de Asesoría de Transporte Terrestre (CIDATT), la cobertura actual es deficiente y debe ampliarse para que la ciudad pueda migrar hacia un sistema integrado, donde los buses circulen por rutas que alimenten a un sistema central.

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