Opinión

Tortugocracia

Por: Antero Flores-Araoz

La lentitud del Gobierno para recuperar el tiempo perdido en el crecimiento de las actividades económicas en nuestro país corre en paralelo a la del sistema jurisdiccional, representado principalmente por el Poder Judicial y el Ministerio Público, aunque con mayor celeridad en el Tribunal Constitucional y en la Justicia Militar/Policial.

Como anécdota que recuerda la parsimonia del sistema de justicia, cuando presidía hace veinte años el Congreso, un canal televisivo me entrevistó en mi domicilio y pudo observar el lento caminar de una tortuga que tengo en casa. El reportero me preguntó el nombre de la tortuga y respondí que se llama “Justicia”. La repregunta con toda lógica fue la razón del nombre, y la respuesta fue porque es lenta e impredecible.

Ahora, el Gobierno central, sabiendo de la sobrevaloración de los recursos presupuestales para el presente año, ha sido condescendiente en el aumento del gasto público, lo que le hace competencia a la lentitud del sistema de justicia, principalmente en una burocracia dedicada a ponerle trabas a la actividad privada, que es la que genera crecimiento y desarrollo, además de dar oportunidades laborales para enfrentar al desempleo.

Por otro lado, mostrando debilidad para exponer criterios técnicos contra la ya perniciosa aprobación en el Parlamento de normas populistas, como la séptima devolución de aportes previsionales, que se pueden resumir en la frase “pan para hoy y hambre para mañana”. Evidentemente, no todas las devoluciones estaban justificadas, excepto durante la pandemia del covid-19.

Algo que también influye en la falta de crecimiento es la paralización de obras públicas y la inercia para su reinicio, el que con el correr del tiempo hace crecer lo que originalmente fue presupuestado y contratado.

Adicional a lo señalado es el buen deseo gubernamental de desterrar las trabas burocráticas, que no va parejo a las acciones para lograrlo y peor aún, con aumento de la burocracia conforme podemos verificar todos los días al leer las normas legales en el diario oficial El Peruano, que publica los nombramientos de más y más autoridades en el sector público.

Siendo indispensables medidas de austeridad en el gasto público, ellas son escasas y seguimos con el incremento del gasto y no digo de las inversiones públicas, pues ellas son necesarias. Incluso estas últimas se dan con gran lentitud y felizmente no hemos tenido los estragos anunciados por el Fenómeno del Niño, en que las obras para paliarlo estaban muy demoradas.

El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), es el llamado a liderar los esfuerzos para recuperar el ritmo para el crecimiento económico de la patria, pero lamentablemente su tarea no es secundada por los otros sectores de la administración gubernamental en que ni siquiera ejercen los otros ministros su facultad de concurrir al Congreso a debatir con los parlamentarios cuando se discuten proyectos de ley populistas.

El retardo gubernamental se agrava cuando no se implementan medidas concretas para combatir la creciente delincuencia y la criminalidad organizada, dando la impresión de que en el Perú se está en tierra de nadie, lo que deteriora la incipiente confianza en el país para hacer inversiones. Aún estamos a tiempo para combatir la “Tortugocracia”.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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