Opinión

Solo el pueblo salva al pueblo

Por: Jorge del Castillo Gálvez

Recientemente, Pedro Castillo Terrones lanzó un furibundo discurso atacando a la oposición del Congreso y de la calle y dijo esta frase “Solo el pueblo salva al pueblo”, plagiando como no, este dicho de un viejo dirigente vallecano español, repetido por Juan Domingo Perón y recientemente por Andrés Manuel López Obrador.

Dicho esto, en vísperas de Fiestas Patrias y cuando se amenaza por el lado del gobierno a través del Ministro de Justicia “no descartamos cerrar el Congreso” y por las turbas del Lápiz que anuncian llegar a Lima para cerrar el Congreso, el dicho presidencial encierra una amenaza.

Pero lo que no saben esos verdaderos golpistas es que cerrar el local de la Inquisición no es cerrar el Congreso; este está formado por los congresistas que reunidos en cualquier lugar y con el quórum legal pueden seguir funcionando normalmente.

Otro aspecto que el gobierno debe tener en cuenta es que es responsable de la seguridad del Congreso y de los congresistas y por tanto desde el mismo Pedro Castillo que tiene la obligación constitucional de proteger el Congreso con el uso de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, conforme al art. 98°, y como le corresponde al presidente cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, de no hacerlo asumirá con los Ministros y jefes militares y policiales la responsabilidad legal pertinente.

Por cierto que promover, impulsar, permitir, avalar y apoyar un acto de esta naturaleza por parte del Ejecutivo lo pone al margen de la constitucionalidad y se abren dos vertientes: la insurgencia popular basada en el art. 46° “La población civil tiene el derecho de insurgencia en defensa del orden constitucional”. Por su parte las Fuerzas Armadas, si bien están subordinadas al poder constitucional, deben asegurarse que el poder sea constitucional y no violador del orden constitucional. Un acto de esta naturaleza pone a Pedro Castillo fuera de la ley y las FFAA tienen el deber de hacer cumplir la Constitución.

Todo este mundo de amenazas, más parecen manotazos de ahogado de un gobierno sumergido en la corrupción y ante la inminencia de nuevas revelaciones por parte de los colaboradores eficaces y de posibles nuevos delatores, por ahora fugados, que seguro tienen mucho que ocultar o están amenazados-protegidos por el gobierno para evitar que hablen.

Es decir, todo un comportamiento mafioso que el Perú no se merece y que debe acabar lo más pronto y lo será cuando el pueblo tome debida conciencia y se salve a sí mismo, pero para restaurar la democracia y el buen gobierno y no al revés.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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