Opinión

Secocha… ¿desastre natural, desastre artificial o desastre moral?

Por: Fernando Cillóniz Benavides

Los desastres naturales son fenómenos que se producen por las fuerzas de la naturaleza. Por ejemplo: terremotos, lluvias torrenciales, tsunamis, sequías, huaicos, heladas, plagas, etc. Los desastres artificiales son fenómenos que implican la mano o ingenio del hombre. Ejemplo: guerras, incendios provocados, accidentes de tránsito, bloqueos de carreteras, entre otros.

No obstante, nuestro país – de manera muy particular – enfrenta una tercera categoría de desastres: los desastres morales. Aquellos como los que estamos viviendo diariamente, desde hace décadas: corrupción en los más altos niveles estatales y empresariales, clientelismo político descarado, crimen organizado… con sicariato incluido, injusticia social a más no poder, maltrato cruel en salud pública, mafias por doquier, más todos los etcéteras habidos y por haber. Traigo el tema a colación por lo sucedido en Secocha – Arequipa, el domingo 5 de febrero pasado, en horas de la tarde. “Lluvias intensas causan fuerte huaico en Secocha – Arequipa. Decenas de muertos y desaparecidos. Miles de viviendas destruidas”.

Pregunta: ¿lo de Secocha fue un desastre natural, un desastre artificial o un desastre moral? Veamos. Secocha es el lecho de un huaico. Y sobre ese lecho se construyó el centro poblado. Es decir, sobre el terreno por donde discurre el huaico cada vez que baja violentamente, cuando llueve en la parte alta de la quebrada. Hasta el año 2004 – tal como muestran las imágenes satelitales de aquel entonces – nadie vivía en Secocha. Toda la vida, Secocha fue una zona de riesgo por huaico. Repito, las imágenes aéreas dan cuenta de ello con total claridad.

La pregunta entonces es ¿por qué vivía tanta gente en el lecho de un huaico? ¿Quiénes fueron los alcaldes del distrito Mariano Nicolás Valcárcel de la provincia de Camaná en Arequipa? Aquellos que permitieron la construcción de 4 mil viviendas, entre las cuales había edificios de hasta cinco pisos, dos colegios, una posta médica, y todo lo demás. ¿Quiénes fueron las autoridades que – a partir del 2004 – propiciaron el asentamiento de 20,000 personas, allí donde jamás nadie debió construir ninguna casa, ninguna escuela, ninguna posta médica, ninguna nada?

Claramente, estamos ante un típico caso de tráfico de tierras. Como los miles de casos que ocurren en todo el país, donde traficantes de tierras – coludidos con toda una maraña de autoridades – lucran a mansalva, sin la más mínima consideración por la seguridad y dignidad de las personas.

Efectivamente, en las mafias de tráfico de tierras de Secocha, tienen que haber estado involucrados alcaldes y regidores, gobernadores y consejeros regionales, policías, jueces y fiscales; incluso ministros y altos funcionarios del gobierno central. Si no ¿cómo se explica que Secocha haya pasado por todos los trámites y licencias requeridas para la construcción y funcionamiento de tamaña infraestructura urbana?

Sólo una poderosísima mafia de traficantes de tierras podría haber articulado una telaraña tan vasta y corrupta como la de Secocha. El problema – repito – es que Secocha es tan sólo uno de los miles de casos de mafias de tráfico de tierras que operan en todo el país.

Pregunta final: Secocha… ¿desastre natural, desastre artificial o desastre moral? Respuesta: ¡Desastre moral!

(*) Exgobernador regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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