
La presentación del Gabinete Ministerial en el Congreso será una de las pruebas más importantes que tendrá no solo el Ejecutivo, sino también el Legislativo, en este periodo de inicio del gobierno del profesor Pedro Castillo. Porque el premier Guido Bellido y sus ministros deben tener recursos para comunicar, mientras que los parlamentarios precisan de capacidad para saber escuchar.
Sería perjudicial para el país que de uno y otro lado haya una consiga, un plan cuyo objetivo sea patear el tablero. Ya hemos mencionado que la idoneidad profesional no necesariamente tiene que ver con los pergaminos académicos, hay ejemplos de sobra para demostrar que esa observación de ninguna manera es una falacia.
A algunos ministros se les cuestiona por su falta de experiencia en el sector público, mientras que a otros por presuntos vínculos con el terrorismo. En la exposición que hagan en el Congreso, para solicitar el voto de confianza, tienen la posibilidad de defenderse y dejar las cosas claras.
De acuerdo a ley, el presidente del Consejo de Ministros concurre al Parlamento en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que proyecta su gestión. Luego de la exposición del premier, sigue el rol de oradores y finalmente se vuelve a dar el uso de la palabra al primer ministro. Acto seguido le toca el turno a cada uno de los ministros, quienes en esta oportunidad podrán responder a cada uno de los cuestionamientos que les hacen.
Culminadas las exposiciones, se invita a los ministros a retirarse y entonces se procede a la votación. En las últimas semanas se ha dado una correlación de fuerzas en el Congreso con una división en el bloque de la oposición que puede incidir en la votación. Desde la vigencia de la Constitución de 1993, el Congreso nunca ha negado su confianza a un Consejo de Ministros.
Si el Pleno del Congreso negara su confianza, se produciría una crisis total y la renuncia de todos los ministros sería inminente, por lo que el presidente de la República procedería a la conformación de un nuevo Gabinete Ministerial. Si el Congreso niega su confianza a ese nuevo Gabinete por segunda vez, el jefe de Estado estaría facultado para disolver el Congreso de la República. Entonces todos los congresistas tendrían que irse a su casa. Por lo tanto, las decisiones que se tomen cuando se presente el Gabinete de Bellido en el Congreso deben ser responsables y sensatas por el bien del Perú. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.