Opinión

Revueltas sociales celulares

Por: Fernando Cillóniz Benavides

En el contexto del presente artículo, una célula es un grupo de personas que funciona de modo independiente dentro de un organismo. Visto así, si el organismo en cuestión es la población civil de nuestro país; los actos de protesta – individuales y colectivos – que ocurrieron, y siguen ocurriendo en todo el país, constituyen sendas revueltas sociales celulares, espontáneas, extraordinarias, que tarde o temprano – y yo diría, más temprano que tarde – propiciarán la caída del gobierno del presidente Castillo.

Las células sociales que protestan espontáneamente – al ser independientes entre sí – no tienen un líder único que las convoque; y menos, uno que dé las órdenes o que las dirija. Cada célula tiene su propio liderazgo y su propia estructura y membresía. Pero eso sí, todas tienen un denominador común: el repudio al presidente Castillo y a su entorno.

Las células sociales que vienen protestando y confrontando al gobierno – mayoritariamente – provienen de la sociedad civil. Son del pueblo. De ese pueblo del que tanto se jacta y ufana el presidente, pero al que tanto maltrata y engaña.

Por ejemplo, la masiva marcha de protesta del 5 de abril pasado fue una revuelta social celular extraordinaria. Nadie – en particular – la convocó. Nadie dio ninguna orden de cómo vestir, qué llevar, qué corear, ni dónde marchar. Simplemente, ocurrió – en Lima y en todo el país – espontáneamente, masivamente, patrióticamente… ¡Una maravilla!

Días después – el 22 de abril – el desaire público de los ex comandos de las Fuerzas Armadas… al propio presidente, en pleno estrado de honor, en plena ceremonia de aniversario por los 25 años de la heroica y patriótica Operación Chavín de Huántar, fue otra revuelta social celular extraordinaria. ¡Memorable!

Luego – el 29 de abril – en el mismísimo emporio de Gamarra en La Victoria, emblema máximo del emprendimiento productivo y comercial en nuestro país, representantes de 200 gremios y conglomerados empresariales de todos los sectores, manifestaron su repudio a Castillo por la nefasta política económica y social de su gobierno, y la gravísima crisis económica y laboral que han acarreado.

Y así por el estilo, muchas revueltas sociales celulares están ocurriendo en todo el país. Incluso, algunas provienen de compatriotas que trabajan en el propio Estado. Por otro lado, gracias a las revueltas sociales celulares, el desenlace anhelado – me refiero a la vacancia presidencial y la caída del gobierno actual – está cada vez más cerca. En ese sentido, bienvenidas más revueltas sociales celulares en todo el país.

La mafia está en el gobierno, pero no tiene el poder. Eso lo reconoce hasta el propio Cerrón. Y tiene razón. El poder está en la calle, no en el gobierno. Aunque, como se sabe… con tantos anticuchos en su haber, el presidente Castillo no va a renunciar; y el Congreso – con tantos “niños” en su interior – tampoco lo va a vacar. Entonces, no queda otra. Las revueltas sociales celulares lo van a vacar ¡Vamos Perú… sí se puede!

(*) Exgobernador regional de Ica

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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