Opinión

Racismo en la policía española

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Movidos por la subjetividad de los prejuicios ideológicos, los políticos españoles de derechas y de izquierdas han tomado posición antagónica respecto al lamentable incidente protagonizado por la Policía de ese país y los futbolistas de la selección peruana. Unos justifican la brusca maniobra de los “azules”; otros la cuestionan. Pero basta observar las imágenes para darse cuenta de que el racismo es evidente.

Los cibernautas, los políticos y la prensa tejen una serie de conjeturas, interpretaciones antojadizas y no pocos disparates. Pero quienes saben que, a la verdad, por lo general, se puede llegar recorriendo el camino del criterio lógico, se dieron el trabajo de ir al VAR, es decir, mirar los videos.

Para empezar, hay que reconocerlo, sí hubo un accionar irregular de los futbolistas, que se acercaron demasiado a los hinchas al salir de la concentración en el NH Collection Madrid Eurobuilding, lujoso hotel ubicado en el centro financiero de Madrid y al costado del Santiago Bernabéu. En la idiosincrasia peruana, la informalidad es normal, pero cuando se está en un país europeo es necesario andarse por la vereda, pues allá las reglas sí se respetan.

Pero la actitud de los jugadores peruanos era solo para una amonestación, no daba ni siquiera una tarjeta amarilla, si hablamos en términos deportivos. Pero les sacaron tarjeta roja y encima les repartieron golpe. Puñete para todos y a Gallese, por ser de color, quizá, como diez manos le jalonearon la polera a la vez. Las imágenes hicieron recordar aquella escena narrada por los cronistas sobre la ejecución de Túpac Amaru, a quien cuatro caballos, corriendo en direcciones opuestas, no pudieron desmembrarlo.

La policía española está acostumbrada a la llegada de equipos de fútbol de diversos países del mundo cuyo comportamiento es diferente, así que debe saber cómo reaccionar ante una situación de esa naturaleza.

El incidente empezó cuando Gallese y Yotún, desde lejos, respondían el saludo de la afición. No es, como dice cierta prensa, que estuvieran caminando y la policía les cortó el paso. Al notar la euforia de los hinchas, Yotún y Gallese, a través de claros gestos con las manos cuyo entendimiento es universal, les indican a los policías que no se preocupen, que no se van a mover. O sea, señal de stop. Sin embargo, un policía empuja a Yotún y otros se le fueron encima. Ahí empezó todo.

Si Gallese hubiera sido Cristiano Ronaldo o Griezmann, no por su fama, sino por el color de su piel, con seguridad los policías españoles hasta les pedían autógrafos y selfis. Por hombre, no faltaba más. Y olé. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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