
En artículo anterior, subrayamos tres características que distanciaban al aprismo del comunismo, ahora es preciso resaltar algunos hitos que marcaron la trascendencia de las ideas de Haya de la Torre en la vida diaria de los peruanos. Desde su juventud en la que luchó por la jornada de 8 horas de trabajo, propugnó en los programas partidarios los derechos laborales incluyendo la seguridad social, la educación gratuita en todos los niveles: primarios, secundarios y universitarios. Impulsó la “creación de los ministerios de Educación, Salud, Agricultura, Trabajo y proclamó que es obligación del Estado garantizar la vida, salud y bienestar moral y material y la emancipación económica de las clases trabajadoras”. Propuso los derechos políticos y el voto de la mujer, la ciudadanía plena y el voto de los analfabetos y los jóvenes a partir de los 18 años.
El Perú era y todavía es un país muy injusto, y por eso nos enseñó que no podíamos ser conservadores o derechistas, porque eso significaba mantener un estado de cosas que era necesario cambiar. Townsend decía, refiriéndose a este punto: “¿Qué vamos a defender aquí? ¿Nuestro subdesarrollo, nuestro atraso, nuestra ignorancia, nuestra pobreza, nuestro analfabetismo? Por eso es absurdo ser conservador y es absurdo ser de derecha”.
En esto hay que hacer mucha docencia política; en el Perú de hoy mucha gente se autotitula de derecha sin serlo, solo por oposición natural a un gobierno que se califica de izquierda marxista leninista, sin conocer que hay otras posiciones más equilibradas. No puede ser de derecha un trabajador de clase media, un obrero o un campesino, un militar o policía que vive de su magro sueldo, las amas de casa que luchan por sacar adelante a sus hijos y que muchas veces son padre y madre, ni menos los estudiantes que tienen el deber de prepararse para cambiar este estado de cosas para tener una “sociedad más libre, más justa y más culta”, como lo señaló Haya en su discurso de 28 de julio de 1978.
Por ello, a lo largo de su historia fue incomprendido y perseguido. Pasó 5 años y 4 meses asilado en la Embajada de Colombia y el aprismo fue puesto fuera de la ley y forjó una mística con persecución, destierro y la sangre de los 6,000 mártires de Chanchán y los 1,214 apristas asesinados por el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso.
Para cumplir nuestros objetivos, creemos en el rol promotor y regulador del Estado para impulsar la creación de empleo, tal como hicimos con grandes irrigaciones que hoy son realidad como Chavimochic en La Libertad y Olmos en Lambayeque, incorporando miles de hectáreas y puestos de trabajo con derechos. Promoviendo la inversión pública y privada para crear más trabajo que es la mejor forma de redistribución social y económica, como hicimos en nuestro gobierno en el que se generaron 4 millones de puestos nuevos. Trabajo y no bonos pasajeros.
Defendemos a los consumidores, por eso aprobamos su Código de Defensa y gestamos la Ley Antimonopolio.
Redujimos la pobreza de 48 a 28% en 5 años, lo que no tiene precedente en la historia del Perú, acabamos con el analfabetismo, bajamos la desnutrición infantil y la anemia, siendo reconocidos por el Banco Mundial por estos logros. Dotamos de agua potable y electricidad a más de 3 millones de peruanos y se hizo 10 mil kilómetros de carreteras, colegios emblemáticos y 62 hospitales en todo el país.
El Perú necesita al APRA y el APRA necesita Unidad para servir al Perú, empezando por los más pobres.
(*) Excongresista de la República
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.