Opinión

Puno… las dos caras de la medalla

Por: Fernando Cillóniz Benavides

Como todo en la vida, Puno tiene dos caras. Veamos la cara brillante y maravillosa de Puno. El majestuoso Lago Titicaca: el azul más azul del mundo. El 2 de febrero de todos los años, no hay celebración más colorida, sonora e intensa que la fiesta de la Mamacha Candelaria. La Diablada: sólo en Puno, los diablos son encantadores y preciosos. Puno: cuna de las más de 4,000 variedades de papa que alimenta al mundo. Puno: las mejores ganaderías alpaqueras, bovinas y ovinas del país. A Puno hay que vivirlo para contarlo.

Los puneños están en todo el Perú. Muchos de los mejores y más pujantes empresarios del Emporio Comercial de Gamarra en Lima, son puneños. Unicachi… ¿de dónde creen que provienen los empresarios del más grande y diverso mercado de Comas? Pues del distrito de Unicachi, de la provincia de Yunguyo, a orillas del mítico Titicaca.

En Arequipa, Moquegua y Tacna hay también muchos puneños. Será por su topografía privilegiada, pero Puno tiene una excelente red vial y ferroviaria que lo integra con el Norte, Sur, Este y Oeste. La Carretera Interoceánica IIRSA Sur pasa por Puno.

Además, Puno cuenta con una muy buena infraestructura de transporte aéreo y lacustre. Sí, el Aeropuerto Internacional Inca Manco Cápac de Juliaca, aquel que un grupo de delincuentes está obsesionado en destruir, es un muy buen aeropuerto.

En Ica también acogemos a muchos puneños. Y los queremos mucho. Los algueros de Ica son todos puneños… o casi todos. Gracias a los puneños, y a muchos otros compatriotas de la Sierra, los iqueños somos lo que somos.

Lamentablemente, hay iqueños – como otros peruanos de otras regiones – altaneros, déspotas, soberbios y asquerosamente racistas… ¡que se pudran con sus consciencias inmundas! Felizmente, la gran mayoría de iqueños – y peruanos – somos buena gente, alegres y querendones. Y así podría seguir indefinidamente hablando de Puno, así como de mis brillantes compañeros puneños de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). ¡Claro que Puno es el Perú! ¡El Perú le debe mucho a Puno!

Sin embargo, Puno tiene un problema. Un problema oscuro. En realidad, el problema de Puno es el problema del Perú: LA CORRUPCIÓN. Sobre todo, la corrupción generalizada en el Gobierno Regional y Gobiernos Locales… salvo muy honrosas y contadas excepciones.

Sí pues, al igual que Cusco, Loreto, Arequipa, Junín, Ica, La Libertad, Lima… la corrupción estatal en Puno es endémica. Pocos se salvan. ¡Cuánta coima, cuánto clientelismo político, cuánta inoperancia estatal, cuánto abuso e injusticia, cuánto cinismo e hipocresía, cuánta crueldad y maltrato, cuántas obras inacabadas y abandonadas, cuánto narcotráfico y minería ilegal… cuánta corrupción hay en Puno! Por eso los puneños no tienen agua, salud, educación ni seguridad. ¡Ese es el problema de Puno!

Por eso, no nos vayamos por las ramas. El problema de Puno no es la Constitución del 93, ni el modelo económico peruano. En ese sentido, el problema de Puno no es un problema legal o presupuestal. Y menos, uno de falta de recursos naturales o humanos.

El problema actual de Puno es la cara oscura de su medalla… la corrupción. ¡Ese es el problema de Puno!

(*) Ex presidente regional de Ica

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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