Una pregunta central que sigue soslayada pese a que su respuesta tiene enorme importancia es la capacidad para gobernar de la actual Presidenta del Perú, Dina Boluarte.
La legitimidad de su mandato está claramente establecida en el marco de la sucesión presidencial establecida en nuestra Constitución, aún cuando, en uno de sus momentos castillistas, declaró que renunciaría si el golpista chotano se veía obligado a dejar el Poder. No lo hizo.
Es verdad, también, que luego de refrendar que su mandato era hasta el 2026, dio marcha atrás hasta abril del 2024 y finalmente octubre de este año, presionada por las seudo protestas sociales, la terrible violencia y las muertes que las caracterizan y seguramente la ofensiva de la izquierda marxista internacional que ha llevado al Perú a un claro y legítimo enfrentaniento con personajes circenses como López Obrador de Méjico, el exterrorista Petro de Colombia y el sátrapa Maduro de Venezuela.
Pero ahora tiene que gobernar y no vemos que lo esté haciendo con la eficiencia y capacidad que requiere un país hundido en una crisis social, política, económica y moral como aquella por la cual atraviesa nuestra Patria.
No es posible que, en pleno estado de emergencia, se envíe a las Fuerzas del Orden prácticamente al matadero, cuando ya a estas alturas se conoce con meridiana claridad que las turbas minoritarias que actúan en Puno azuzadas por terroristas y agitadores profesionales no tienen escrúpulo alguno con las vidas de los suyos y de los ajenos, como lo ha demostrado,una vez más,la penosa muerte de 6 soldados aymaras en el río Ilave.
O que se plantee el programa Punche con una serie de propuestas ajenas a la realidad, en el marco de -una vez más- incapacidad de gestión: la sra Boluarte ha heredado básicamente a la misma gente que llevó Pedro Castillo al Estado, además de quienes recogió de regímenes anteriores corruptos e ineptos en el manejo de nuestra problemática social. No tiene cuadros propios, ni bancada en el Congreso ni siquiera un plan de gobierno.
Pero tampoco se trata, como pretenden los extremistas, de propiciar una salida inmediata para caer en otro régimen presidido por un otro corrupto e ignorante: necesitamos crear una gran corriente colectiva que lleve al poder a ciudadanos honestos y capacitados para ejercer cargos públicos.
Entretanto, Boluarte es un mal necesario y transitorio que, espero, madure con el tiempo corto que debe gobernar.
(*) Presidente de Perú Nación
(*) Presidente del Consejo por la Paz
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