El expresidente del Consejo de Ministros, Antero Flores-Aráoz, se sumó a los cuestionamientos a la labor de la Contraloría General de la República, que —a su juicio— no está cumpliendo su función preventiva, y que, al actuar con un ánimo sancionador, ha provocado la paralización de muchas obras, cuya reanudación tiene un sobrecosto que lo paga el Estado con el dinero de todos los peruanos.
Explicó que a consecuencia de este excesivo papel sancionador ahora existen muchos “elefantes blancos” (obras paralizadas) que le cuestan muchísimo dinero al Estado.
“Pienso que se está excediendo en sus funciones. Tiene un criterio punitivo, un ánimo sancionador. Se han dedicado a fregar a reventar, pero no te brindan ninguna solución”, señaló a La Noticia.
En ese sentido, señaló que más allá que estar buscando el castigo, este organismo debe ser un facilitador para que las obras no se interrumpan y sigan de acuerdo con lo establecido en los contratos.
“Debe ser una especie de bisagra entre el Estado que contrata la obra en los diferentes niveles y el contratista para que la obra no se detenga”, indicó.
“El país necesita que las obras continúen, que las obras se hagan, y si en el camino hay problemas, solucionarlo. No se puede estar de inquisidor, sino de solucionador de los problemas. Lógicamente, cuando hay corrupción, hay que sancionarla, pero no se puede estar observando por observar”, añadió.
Por otro lado, Flores-Araoz consideró una exageración que al año se pierdan 24 mil millones por la corrupción. “Le preguntaría al contralor cómo es que se llega esa cifra, porque la verdad es que parece exagerada”, sostuvo.
