Opinión

Pedro Castillo en su día D

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En el quinquenio pasado, el Perú tuvo cuatro presidentes. Un síntoma de inestabilidad política impropio de la democracia, un sistema que busca justamente lo contrario, el equilibrio de poderes. En el siglo XX, gobiernos sin mayoría o sin poder político y militar terminaron en golpes de Estado. En democracia, en el siglo XXI eso ya no es posible, pero los gobiernos sin mayoría se enfrentan a un nuevo problema, coaliciones opositoras que buscan la vacancia. Hoy, en que se realizará el debate y la votación de la moción de vacancia contra el presidente Pedro Castillo, los destinos del país pueden cambiar. Sin embargo, en el Congreso existe una correlación de fuerzas que, según las matemáticas, puede motivar una decisión que le permita al jefe de Estado cumplir su mandato de cinco años.

La vacancia presidencial es una decisión estipulada por la Constitución Política del Perú. El artículo establece que el presidente de la República vaca por: Su permanente incapacidad moral o física, declarada por el Congreso; Aceptación de su renuncia por el Congreso; Salir del territorio nacional sin permiso del Congreso o no regresar a él dentro del plazo fijado; y Destitución, tras haber sido sancionado por alguna de las infracciones mencionadas en el artículo 117 de la Constitución.

Vacar a un presidente no es fácil. Martín Vizcarra no pudo ser vacado en el primer proceso seguido en su contra por el caso “Richard Swing”. Su vacancia fue posible recién tras presentarse la segunda moción por “mentir” y “faltar a los principios y derechos constitucionales de lucha contra la corrupción, derecho a la verdad, buena administración y justicia presupuestaria”.

Vizcarra fue declarado incapaz moralmente y se convirtió en el tercer presidente vacado del cargo, como lo fueron Guillermo Billinghurst (1914) y Alberto Fujimori (2000). La decisión se tomó con 105 votos a favor, pero en medio de un clima de convulsión política general y un repudio casi total hacia el régimen de entonces.

En el caso de Castillo no se da ese escenario, ya se ha visto en las calles y el mismo Congreso. Para la aprobación de una moción de vacancia se necesitan 87 de los 130 votos en el Congreso, lo que significa que, si el Gobierno asegura 44, lograría salvarse. Castillo cuenta con el respaldo de Perú Libre, Perú Democrático y Juntos Por el Perú, que suman 43 votos. Pero hay congresistas de Acción Popular, APP, Somos Perú y Podemos, que votarían en contra. Incluso un parlamentario fujimorista, Raúl Huamán, ha anunciado que no votará a favor de la vacancia. Los números hablan, es casi imposible que Castillo termine vacado hoy. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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