Opinión

“Palabra de maestro”

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El reputado educador León Trahtember destaca en su página de Facebook el rol del maestro en la construcción del futuro. Eso es, efectivamente, en el bienestar personal y el desarrollo de la sociedad del mañana radica la importancia del profesor, cualquiera que sea su especialidad o nivel, bien de primaria, secundaria, superior o estudios de posgrado.

Sin embargo, en nuestro país, la carrera docente siempre ha sido minimizada y hasta marginada. Es así desde que empezó la era republicana hasta nuestros días, aunque hay que reconocer que en décadas anteriores la labor de los educadores era mejor reconocida por la sociedad y basta recordar el respeto y la solemnidad con que se trataba a un educador. El profesor Lucio Castro, secretario general del Sutep, le contaba a uno de nuestros periodistas durante una entrevista que el maestro peruano, incluso ahora, cuando quien gobierna es un profesor, es el peor pagado de Sudamérica.

Hay países desarrollados donde sí se valora la labor de un maestro, no solo en el aspecto económico, sino también como profesional clave por su labor fundamental —como dice León Trahtemberg— en el futuro de la nación.

En países desarrollados es donde mejor se reconoce la función del profesor. Luxemburgo quizá sea el país donde los docentes tienen el mayor sueldo, pues el salario inicial para un maestro de secundaria sin experiencia es de aproximadamente US$6,000, mientras que un veterano llega hasta US$10,333, cifras calculadas en base a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En Suiza, los profesores de primaria pueden ganar hasta US$7,166 en sus mejores años, mientras que, en Estados Unidos, el sueldo promedio está por los US$5,573.

Esos sueldos están muy por encima de los pagados en el Perú, aun teniendo en cuenta el costo de vida, que acá, igualmente, debe estar muy por debajo del establecido en esos países. En los últimos lustros, incluso en el régimen de Alejandro Toledo —se les aumentó en un 75%—, ha mejorado un poco la situación económica de los maestros, pero no lo suficiente.

Los docentes reclaman, también con razón, mayor presupuesto para la educación y mejores colegios para sus alumnos. Ojalá en este Gobierno se haga verdaderamente honor a la frase “palabra maestro”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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