
La decisión del Congreso de aceptar que se debata la moción de vacancia con 76 votos es necesaria, para ver si el presidente Castillo puede utilizar este espacio político, para que pueda aclarar las diferentes denuncias de presuntos actos de corrupción en su gobierno; más aún si se tiene ya una colaboradora eficaz, que ha admitido la comisión de ilícitos penales, que justamente involucran a su gobierno y al propio presidente.
Para el país es importante conocer la versión de parte de su presidente, para ver si puede justificar lo injustificable, a la luz de los hechos, porque ya no es solo versión de los opositores o solo investigaciones periodísticas, ahora ya son procesos de investigación fiscal, que más bien están siendo contenidos por la inmunidad que tiene su investidura.
Ahora bien, no caigamos en el juego del Congreso, porque hasta los presuntos “niños” -parlamentarios de Acción Popular- según la delación de Karelim López, votaron a favor de aceptar que se debata la moción de vacancia. Parecería que intentan despistar a la opinión pública, podría ser que prefieren evadir responsabilidades dejando solo al presidente, al mismo estilo de los vulgares delincuentes que, ante la presión de la justicia, son capaces de todo, hasta delatar a sus compinches.
Si realmente se quiere salir de esta crisis política y si el Congreso entiende la magnitud de la responsabilidad que tienen con el país, debería estar pensando en la salida conjunta, no solo en la vacancia, porque ya es insostenible el gobierno de Castillo, pero tienen que entender en el Parlamento que también es insostenible la continuidad de un Congreso cómplice, que se ha coludido con las ignominias del Ejecutivo y ha abdicado su labor fiscalizadora.
Entonces el dilema que tendremos hasta el 28 de marzo próximo -un día antes del partido de futbol decisivo para la clasificación al mundial- no solo debería ser, como se consigue los 87 votos para la vacancia, sino como se propone una transición del gobierno, con la premisa de que se van todos, el Ejecutivo y el Congreso, para convocar a nuevas elecciones.
Deberían tomar en cuenta las “lecciones aprendidas” de los procesos de irrupción en los gobiernos del último lustro; en vista que una posición caprichosa y empecinada de atornillarse en el poder, solo tendrá consecuencias nefastas para nuestra precaria democracia y el país.
Se podría apelar a la dignidad y el honor de la clase política que esta gobernando, pero es como pedir peras al olmo, porque, al contrario, se van aferrar a sus cargos, con uñas y dientes; recuerden en el Congreso están mas preocupados por sus quincenas y los negociazos que se están evidenciando.
Entonces el escenario futuro es más bien preocupante, porque en esas ambiciones de enquistarse en el poder, ya han demostrado en Perú Libre, que son capaces de movilizar a los más radicales del país, para supuestamente defender al gobierno, pero que en realidad es movilizar una fuerza de choque, que puede desbocarse y generar confrontación y violencia.
Estemos alertas, tenemos que ser guardianes de nuestra democracia y el Estado de Derecho.
(*) Ex congresista de la República
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