Opinión

Netanyahu, Premio Nobel de la Muerte

En 1982 varios estados democráticos habían condenado lapidariamente los abusos y asesinatos israelíes contra la población palestina. En ese momento fue el galardonado escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien sobrecogido por el asesinato de miles de refugiados palestinos en Sabra y Shatila (al sur del Líbano) señaló: “si existiera el Premio Nobel de la Muerte, este año lo tendrían asegurado sin rivales, Menahem Begin (primer ministro israelí) y su asesino profesional Ariel Sharon” (ministro de Defensa israelí de ese entonces).

Han pasado 42 años de esa firme sentencia de García Márquez contra dichos criminales israelís, y sin duda alguna hoy el Premio Nobel de la Muerte se lo lleva sin discusión y sin mayores adversarios su primer ministro, Benjamín Netanyahu, un genocida despiadado, que ha matado hasta el día de hoy y en menos de ocho meses más de 36 mil palestinos civiles, en su mayoría niños y mujeres, 81 mil heridos, además de la destrucción de casi toda la infraestructura de Gaza, la que incluye hospitales y colegios. Del genocidio no se ha salvado ni funcionarios de la Cruz Roja ni personas que trataban de llevar ayuda humanitaria a la zona de desastre.

Recordemos que el estado invasor y colonizador es Israel, pues hace más de 57 años, desobedeciendo decenas de resoluciones de Naciones Unidas, se niega reconocer a Palestina como estado independiente, ocupando ilegalmente los territorios árabes y sometiendo cruelmente a su población.

Hace pocas horas, en un salvaje atentado, Israel bombardeó un campamento de desplazados en Rafah, matando a más de 66 civiles palestinos, mientras de manera cínica el asesino primer ministro Benjamín Netanyahu señalaba “que se trataba de un trágico accidente”, mereciendo la condena internacional y la indignación mundial. El gran problema de este conflicto, es que Israel siente que tiene impunidad, ya que, si bien casi toda la Asamblea General de las Naciones Unidas condena y pide sanciones reales para Israel, su eterno socio Estados Unidos, que es uno de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, veta e impide cualquier castigo contra ese estado violador de los derechos humanos.

Sin embargo, ante tanta ignominia, han sucedido tres sucesos trascendentales: La Corte Penal Internacional hace unos días solicitó se emitan órdenes de captura y detención internacional contra los asesinos: primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu, su ministro de Defensa Yoav Gallant y tres responsables del Hamas.

Por otro lado, España, Irlanda y Noruega han reconocido a Palestina como estado independiente y soberano con las fronteras anteriores al año 1967, con su capital Jerusalén Este y gobernado por la Autoridad Nacional Palestina. La cereza sobre el pastel, viene con la aprobación de la Asamblea General de Naciones Unidas que aumenta las prerrogativas a Palestina, quien ya no solo será estado observador, sino que también tendrá voz en la ONU. La derrota política de Netanyahu, a pesar de sus atroces crímenes de guerra, son tan evidentes que en algún momento tendrá que ser juzgado como unos de los peores genocidas de la historia universal.

(*) Exvicepresidente del Perú.

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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