Desde hace ya un buen tiempo, solo en el Perú, porque en otros países tienen bien en claro esto de la terminología –tal vez por una cultura política superior–, se advierte un uso inadecuado de la palabra caviar. Lo curioso es que esta tendencia viene tanto de la derecha como de la izquierda, la más radical, eso sí.
Hoy vemos a personajes y colectivos de derecha, desde la más extrema hasta la académica, acusar de caviar a todo personaje de izquierda. Es un error táctico porque hay una izquierda caviar –ese es el término– y otra que no lo es. En la última campaña electoral, por distraerse en etiquetar de caviar a todo izquierdista y hasta “sospechoso” de serlo –Martín Vizcarra, Julio Guzmán y otros, por ejemplo, quienes en realidad son de derecha moderada–, los políticos y los medios de comunicación anticomunistas se cegaron y no advirtieron que por una banda del tropel de candidatos asomaba un personaje que no necesariamente era un miembro más del inofensivo “zurderío” –expresión creada por la derecha–, sino que representaba un verdadero peligro para las intenciones de sus contendores. Cuando lo sintieron respirándoles en la nuca empezaron a decirle desde caviar hasta terruco, pero este candidato llegaba con tanta velocidad que no pudieron evitar su triunfo.
En las últimas semanas, en el ala radical del oficialismo; vale decir, en la facción cerronista, han emprendido una campaña contra los personajes sindicados como caviares que, de una u otra manera, están colaborando con el Gobierno del presidente Pedro Castillo. Los tildan de arribistas, advenedizos y oportunistas. Por ejemplo, tenemos a Verónika Mendoza, Marisa Glave, Marco Arana y últimamente a la premier Mirtha Vásquez.
También están quienes reivindican a los caviares. Alguna vez César Hildebrandt escribió: “Estoy con los caviares porque siempre serán mejores que los coyotes que se les enfrentan. Porque no está mal pensar en la justicia social y, por la noche, tomarse un buen vino. No está mal tener una vida decente y desear que los demás también la tengan”.
Hace unos días, Rosa María Palacios afirmó: “Los caviares vamos a seguir juntos, porque somos la mayoría del país”. ¿A confesión de parte relevo de pruebas? Porque caviares son quienes proclaman ideas de izquierda, pero que en realidad tienen una vida acomodada y sus posturas son ambiguas. Mucho cuidado con los verdaderos caviares. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
